Por mucho tiempo se ha dicho que los agricultores somos a lo menos inconformistas. Se dice que nos quejamos siempre de la situación general del país o del sector, ya sea que esta objetivamente nos favorezca o no. Si esto es un mito o tiene algo de verdad el tiempo se encargará algún día de aclararlo.

Se ha especulado mucho sobre la situación económica y política del país a raíz de las diversas reformas que emprendió este gobierno en particular y que han sido muy mal evaluadas por el público en general, cuestión que se evidencia a partir de los resultados de las elecciones municipales pasadas. Todos hacemos nuestras propias evaluaciones de lo que ha sido la gestión de este gobierno y, a grandes rasgos, concordamos en los argumentos. Las diferencias están más bien dadas en las expectativas que cada uno tiene para las futuras temporadas a partir del próximo y muy anhelado cambio de gobierno.

Sin embargo, y siendo muy objetivos, estamos en un muy buen momento coyuntural para el desarrollo del sector agropecuario. La combinación de dólar alto y bajo costo de la energía ha ayudado bastante al mejor desempeño de algunos sectores, y en especial al exportador hortofrutícola y vinos. Más aún, si evaluamos en cómo se han desarrollado las demás economías de los países de la región, vemos que Chile sigue ostentado importantes ventajas y nivel de desarrollo superior, más aún si comparamos con los que podrían ser sus principales competidores en los mercados mundiales. Sí, incluido Perú.

Los últimos estudios realizados por la Cámara de Comercio de Santiago y la Sociedad Nacional de Agricultura revelan un enorme optimismo a pesar de la contracción en las inversiones agrícolas a raíz del análisis político mencionado anteriormente. El sector espera para el 2017 un crecimiento de 3,1% por sobre lo esperado para el 2016, que era de un 2,5%. Pero estas son las expectativas promedio para todos los subsectores agrícolas. Sin embargo, el crecimiento esperado específicamente para el sector frutícola, agroindustrial y vinos es bastante más optimista y bordea el 5%. Uno de los datos más optimistas es que Chile, ante los ojos de los mercados mundiales, sigue siendo un proveedor confiable, serio y de excelente calidad. Sus productos siguen acaparando porciones importantes de mercado. Es así como el dato de las exportaciones silvoagropecuarias hacia Medio Oriente y Asia, tuvieron un alza del 13% aproximadamente, desde un 21% el 2015 a un 34% el 2016.

Chile continúa teniendo condiciones especiales para producir algunos productos agropecuarios y un muy buen ejemplo de ello son los récords de rendimiento por hectárea que hemos obtenido a lo largo de los años en algunas especies. Esto no hace más que hablar bien del enorme potencial técnico agronómico y de recursos que tenemos. Sin ir más lejos, este año una agricultora del sur, Bárbara Becker, ha obtenido el récord mundial de rendimiento por superficie de remolacha a nivel predial comercial. En años anteriores, se han reportado a nivel de parcelas de 100 hectáreas un rendimiento promedio de 200qq/ha de maíz, y si bien a nivel experimental hemos tenido rendimientos cercanos a los 250qq/ha, lo cual es muy difícil de replicar en grandes superficies, a nivel predial comercial representa todo un record para 100 hectáreas.

El potencial está ahí. Es momento de creerse el cuento.