En esta edición de Mundoagro hemos querido recopilar opiniones y ejemplos de vida de mujeres que trabajan día a día por desarrollar el agro chileno. Estamos orgullosos de exponer estos casos de importancia nacional y así cooperar a estrechar las brechas en equidad de género que todavía existen en nuestro querido sector agrícola. No tenemos ninguna duda de que la incorporación masiva de la mujer, no sólo a nivel de trabajo primario, sino que también en altos cargos directivos de las empresas e instituciones relacionadas al sector, también como asesoras, expertas y productoras, es ya una realidad fundamental para mejorar el desempeño y la gestión del sector. Creemos que, a nivel individual, la visión de la mujer es vital para garantizar la seguridad alimentaria, promover el desarrollo económico, preservar el medio ambiente y mejorar la calidad de vida de las comunidades rurales. Asimismo, cabe mencionar el importantísimo rol de las mujeres campesinas e indígenas que, en el contexto de las economías locales, participan activamente en la producción de alimentos.

Hay ejemplos notables en otros ámbitos como el institucional y gremial. Uno de ellos es Umagro (Unión de mujeres del Agro) que, fundada recién el año 2021, tiene como tarea fundamental desarrollar las competencias y capacidades de las mujeres en las tareas afines al agro, potenciar el mundo rural y la sostenibilidad y facilitar el bienestar psicosocial de las mujeres ligadas a nuestro sector. Otros vinculados a instituciones del Estado como el INIA, que liderada por su directora Iris Lobos, con gran orgullosa acaba de alcanzar en su primer año de gestión la cifra de cinco inauguraciones de salas de lactancia y esperan para el año 2025 tener al menos una por cada centro regional. Son, cada uno desde su lugar, ejemplos de mujeres que avanzan en potenciar la participación de la mujer, a través de una visión de la gestión de personas con perspectiva de equidad de género. Estamos seguros de que hay muchos más y también de que difundirlos es una manera de inspirar a otras mujeres a seguir ese camino.

Es por esto que creemos que fortalecer el rol de la mujer en la agricultura implica un enfoque integral y coordinado, que aborde las barreras estructurales y socioculturales que hoy limitan su participación y empoderamiento. Para esto es indispensable desarrollar políticas y programas que mejoren su acceso a los recursos productivos, el apoyo financiero y técnico, fomenten la equidad de género y promuevan la participación en cooperativas y asociaciones.

Sin embargo, sobre cualquier otra consideración, tenemos la firme convicción de que, con el fin de estrechar las brechas de equidad de género, las dos herramientas más poderosas de transformación hacia el cambio son, sin dudas, la educación y la capacitación.