POR Eugenia Fernández. Rareza y dificultad. Esta es la esencia de la empresa Hortofrutícola Sudamericana, encabezada por Cristian Muñoz y su esposa. Por eso no es de extrañar que aceptaran realizar un nuevo producto, del que no tenían nada de experiencia pero que cumplía con dos particulares características: era atractivo y difícil. Así, a las producciones que realizan […]
Rareza y dificultad. Esta es la esencia de la empresa Hortofrutícola Sudamericana, encabezada por Cristian Muñoz y su esposa. Por eso no es de extrañar que aceptaran realizar un nuevo producto, del que no tenían nada de experiencia pero que cumplía con dos particulares características: era atractivo y difícil.
Así, a las producciones que realizan de radicchios, higos, granadas y caqui, se suman los repollitos de Bruselas, de los que hoy sólo poseen parcelas experimentales en la localidad de María Pinto, Región Metropolitana.
Todo comenzó el año pasado cuando una compañía de Estados Unidos buscaba en Chile un productor de repollitos de Bruselas. Así, en la ronda de negocios de la PMA Fruittrade de 2014 Cristian Muñoz accedió a reunirse con esta empresa. El objetivo era contar con una producción en contra estación para suplir lo que ellos no pueden producir entre los meses de julio y agosto.
Decidieron aventurarse porque lo ven como una oportunidad, pero asegura que ha sido complejo. Comenzaron con un estudio de clima, ya que se trata de un producto que florece con facilidad. Pero destaca que otro problema radica en la mala calidad que se puede obtener en la zona metropolitana. “Cada vez la zona metropolitana es más calurosa. Hoy es muy difícil hacer lechugas acá todo el año, sólo se puede en ciertas épocas. Lo mismo pasa con los repollos, los brócoli y en este caso los repollitos de Bruselas. Entonces hay que buscar climas de temperaturas moderadas, yéndose hacia la costa. Hemos buscado María Pinto pero creo que tenemos que ir más a la costa todavía”, aclara.
El objetivo de este traslado es contar con una menor presión de plagas. Si bien un miembro del equipo viajó hace un tiempo para adquirir el know how específico de los tratamientos fitosanitarios, las miradas de la compañía ya apuntan a la zona de Santo Domingo. Por el momento le pedirán a un productor de frutillas que realice algunas experiencias para contar con un producto de mejor calidad.
Para 2016 proyectan los primeros envíos, demanda que pretenden abordar en primer lugar con unas cinco hectáreas. “Lo mínimo que se puede hacer para completar contenedores son cinco hectáreas. Se debe completar un contenedor máximo en una semana, la recolección es uno a uno y no todas las flores maduran de inmediato. Tienes que tener mínimo cinco hectáreas para que en una semana puedas llenar el contenedor”.
Una vez que Hortofrutícola Sudamericana cumpla con la demanda estadounidense, los repollitos de Bruselas podrían pasar a formar parte de la canasta de productos que ofrece esta empresa. A ojos de Cristian Muñoz todos los países anglosajones tienen posibilidades de recibir este producto en contra estación, tales como Inglaterra, Francia y Holanda.
Asimismo, advierte que se puede abastecer a Estados Unidos en épocas en que existe una buena ventana y un alto consumo, como el día de acción de gracias.
SIN CAPACIDAD
Si bien siempre están pensando en productos nuevos, actualmente no poseen capacidad para abordar otro tipo de proyecto. Bajo esta circunstancia es que han tenido que rechazar negocios que les ofrecieron con lechugas y zanahorias.
Mientras pasea por su parcela en Lampa recuerda que desde Inglaterra les han consultado por la hortaliza “Dedo de dama”, una especie de pepinillo que se cultiva en el Sudeste Asiático, que tiene muy buenos precios y consume la comunidad asiática en este país.
“Es un producto muy delicado que se usa en las comidas chinas. Tiene una buena demanda, se está poniendo de moda en Inglaterra y no lo hemos agarrado porque no tenemos capacidad para poder desarrollarlo”, cuenta.
A ojos de Muñoz, Corea del Sur corresponde a un cliente que tiene una buena economía, la que le permite demandar productos con alguna rareza, caros y con valor agregado. Así, recuerda que han pedido grandes cantidades de ciertas variedades de lechuga. Explica que inicialmente no han podido abordar esto dado que es necesario realizar un desarrollo con la atmósfera controlada para poder llegar a este mercado, el que está a 35 días de distancia en barco. Así, agrega que se trata de un tema de capacidad de desarrollo.
“La mayor limitante que hay para poder emprender con productos nuevos hortícolas y frutícolas en el caso de productos especiales, es que el desarrollo lo tienes que pagar tú como productor, entonces tenemos capacidad limitada. Si me preguntas en estos 18 años qué hemos hecho…hemos trabajado para vivir y los excedentes los hemos reinvertido en investigación”, profundiza.
HIGOS: PRODUCTO ESTRELLA
Hoy en día el foco de esta empresa está puesto en los higos, y es que no sólo corresponde a un producto que está de moda en el Hemisferio Norte, sino que en Hortofrutícola Sudamericana poseen el know how de cómo llegar con este producto que es altamente perecible. Si bien poseen 25 hectáreas plantadas con las que realizan 150 toneladas, la aspiración es llegar a duplicar dicha oferta ya que como explica Muñoz, los huertos siguen creciendo.
Los envíos de este producto llegan a Reino Unido, Francia, Estados Unidos y Canadá. Pero aspiran a más. “Estamos explorando mercados en Asia porque como es un producto especial, tiene un nicho que ya está prácticamente tocando techo en los mercados que tenemos. Estamos viendo cómo llegar a estos mercados con los higos para poder aumentar los niveles de producción”, indica Cristian Muñoz.
POSTCOSECHA AL DEBE
A ojos de Cristian Muñoz las inversiones de tecnología que se deben hacer en la industria hoy en día pasan por la postcosecha ya que en general los productos no llegan en buenas condiciones a los mercados de destino.
Así en esta empresa buscan enfriar de manera más rápida los productos de modo que las cadenas de frío sean más cortas desde el campo hasta el punto de embalaje y de embarque. “En ese aspecto lo que estamos haciendo es poder mejorar los sistemas de transporte y adaptar los horarios de cosecha: probar cosechar medio día solamente de modo de no tener los productos almacenados en el campo tanto tiempo, y mejorar las llegadas”.
LA EXPERIENCIA CON LAS CASTAÑAS Y RADICCHIOS
El hecho de que se plantaran muchas castañas en el sur de Chile y que existen mercados que no han sido explorados llevó a esta empresa a realizar experiencias también con este producto. “Estamos desarrollando procesos de fumigación y ya hicimos una exportación este año a Estados Unidos. Hemos sido la primera exportadora que ha enviado castañas a este mercado en la historia”, cuenta Muñoz.
En cuanto a los radicchios, asegura que continúan de forma estable asociados con una compañía socia: Agrícola Rosario Ltda de María Pinto, con quienes se dividen las funciones. Mientras esta última realiza el proceso productivo, la empresa que encabeza Muñoz se encarga del proceso de exportación.
Un desafío atrás de otro. Es la meta pero también el modo, lo que estimula a Cristian Muñoz a seguir adelante y no elegir nunca los atajos ni los caminos seguros.
