En diciembre de este año vence el plazo de vigencia de la Ley Nº18.450 de Fomento a la Inversión Privada en Obras de Riego y Drenaje en el país. Para que su renovación vaya un poco más allá y sea también una actualización, se han considerado varios cambios que incluyen un énfasis más social y medioambiental, sin perder el enfoque productivo.

Esta ley es un instrumento muy valorado por los agricultores en general, por las organizaciones de usuarios de agua y también por el gobierno, dice Federico Errázuriz, secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Riego (CNR). “Nosotros estamos desde 2019 trabajando en el proyecto, que ya recorrió todos los ministerios, y pudimos ingresar a la discusión parlamentaria a inicios de marzo de este año”, señala.

El pasado 27 de abril, la Comisión de Agricultura, Silvicultura y Desarrollo Rural de la Cámara de Diputados, aprobó la ley en lo general, con 10 votos a favor y 2 en contra. “Esto nos tiene muy contentos y nos habla también de un interés transversal en el tema, seguimos ahora a la disposición particular en la misma comisión, y vemos que hay un amplio espacio para llegar a acuerdos”, indicó Errázuriz.

CAMBIOS PRINCIPALES

El principal cambio que se propone en la renovación es el impulso por orientar este instrumento hacia la pequeña y mediana agricultura. “Nosotros queremos darle más foco a la pequeña y mediana agricultura haciendo algunos cambios estructurales que permitan a los pequeños agricultores, que muchas veces enfrentan barreras de entrada, poder acceder a estos fondos”, expresa el Secretario Ejecutivo de la CNR.

Los cambios propuestos son:

• Nuevos tipos de tenencia de tierra: Hoy la ley solo permite la postulación de propietarios y arrendatarios con arriendos de cinco o más años, lo que deja afuera el comodato, medierías, préstamos, y otras figuras, como por ejemplo los proveedores de agroindustrias y hortaliceros, que generalmente son agricultores pequeños que rotan entre diversos predios.

• Pagos parciales proporcionales al avance de la obra: Actualmente, cuando se obtiene un bono de la Ley del Riego, el usuario tiene que financiar la obra en un 100% con recursos propios y, una vez que la obra está construida, la CNR paga el bono. Eso significa que el usuario tiene que contar con el costo total de la obra como liquidez, ya sea con un crédito, con fondos propios, etc. La nueva propuesta incorpora pagos parciales proporcionales al avance de la obra, es decir, cuando el usuario alcanza un tercio de la construcción, CNR bonificará ese tercio, y así sucesivamente hasta finalizar el proyecto, por lo que solo se necesitará un tercio del costo total de la obra.

• Redefinición de tramos de usuarios: La ley actual considera tres tramos: agricultores que tienen de 0 a 40 ha, agricultores con entre 40 y 200 ha, y aquellos que poseen por sobre las 200 ha. Con la intención de enfocarse en la pequeña y mediana agricultura, la redefinición contempla los siguientes tramos: de 0 a 12 ha, de 12 a 30 ha, de 30 a 80 ha y finalmente uno de 80 a 200 ha como límite, es decir, quedarán fuera de la bonificación con recursos públicos aquellos agricultores y sociedades que cuenten con más de 200 ha, pues de acuerdo con Errázuriz, “creemos que cualquier agricultor que tenga un proyecto de más de 200 ha, tiene un capital suficiente para no requerir la ayuda del Estado”.

• Impacto ecosistémico: Se está considerando una mirada sobre los impactos ecosistémicos que puede tener el uso del agua para el riego; por ejemplo, se está proponiendo una variable de puntaje que otorga puntos a aquel usuario que devuelve derechos de agua, ya sea donándoselo a un sistema de APR cercano, entregándolo al Ministerio del Medio Ambiente, para que haga un uso de conservación de ello, o devolviéndolo a la Dirección General de Aguas (DGA) para que lo redestine.

• Mejor comunicación entre instrumentos: Se trabaja para unir instrumentos públicos, con el objetivo de que haya una mayor coordinación y comunicación entre la DGA y la CNR, y que los concursos CNR consideren la situación de las cuencas y acuíferos cuando estos ya no disponen de más recursos hídricos, por ejemplo, a través de la restricción de postulaciones en zonas con escasez hídrica declaradas por la DGA.

• Emergencias agrícolas: Se propone dotar a CNR de facultades que permitan llamar a concursos de emergencia para responder a situaciones de este tipo, con condiciones definidas por el Consejo de Ministros. En la actualidad, la declaración de emergencia agrícola del Ministerio de Agricultura activa una serie de procesos, como en el caso de INDAP, que acelera la entrega de ciertos recursos; sin embargo, la CNR no tiene ninguna posibilidad, porque la ley Nº18.450 no considera, hasta el día de hoy, las emergencias agrícolas.

FOCO EN LA PEQUEÑA AGRICULTURA

Actualmente la Ley de Riego destina hasta un 2% de los recursos totales a grandes empresarios, es decir aquellos con más de 200 ha. Sin embargo, con la nueva clasificación de los usuarios, dicho estrato abarcará superficies entre 80-200 ha. Por lo tanto, la mayor parte de los recursos que hoy se destinan a los concursos de la Ley de Riego apoyarán exclusivamente proyectos de agricultores de 0 a 80 ha.

“Esto no es un capricho, tiene que ver con actualizar la lógica de una ley que data de 1985, un momento en el que Chile venía saliendo de la crisis económica del 82, el riego tecnificado era una práctica todavía muy nueva, y por lo tanto su primer foco fue aumentar la tecnificación. Pero ya han transcurrido más de treinta años, y creemos que ahora el país enfrenta otros desafíos que requieren este instrumento, pero con un foco distinto, en primer lugar apoyando en forma decidida a los pequeños agricultores, quienes están más atrasados en la tecnificación de sus riegos y en seguridad hídrica”, explica Errázuriz.

ZONA SUR

En los últimos cinco años, regiones como La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, han incrementado en forma significativa su interés en los concursos de la CNR. Hace diez años, por ejemplo, no participaban de la ley o lo hacían muy puntualmente, comenta Federico Errázuriz; no obstante, a partir de 2016, ya se empieza a ver una participación mucho más activa de estas regiones.

La autoridad comenta que existe la percepción de que en la zona sur hay agua en abundancia, pero eso está cambiando, y en la actualidad está sometida a un importante déficit de precipitaciones. Por otro lado, la abundancia del pasado no hacía necesaria la construcción de obras de riego importantes. A diferencia de la zona centro norte, en donde existe infraestructura desde la época colonial, que en su mayoría corresponde a canales que fueron construidos por agricultores y comunidades, para disponer de aguas de riego en forma permanente. En los años recientes y desde la década del 90, ha sido el Estado el que ha liderado el proceso de construcción de grandes obras de riego, principalmente embalses y algunos canales.

A nivel más general, actualmente la CNR se encuentra desarrollando un estudio denominado “Diagnóstico integral de riego para la cuenca del Río Bueno”, río que fluye por las regiones de Los Ríos y Los Lagos, y un proyecto similar en la cuenca del río Valdivia, para estudiar la posibilidad de desarrollar obras que, entre otras alternativas, identifiquen posibilidades de impulsiones de agua desde el río, con almacenamiento del agua para luego distribuirla gravitacionalmente y regar futuros proyectos que beneficiarían del orden de 170 mil hectáreas.

En una escala más local, es decir, a nivel intrapredial, se dispone de los recursos de la Ley de Riego. En el caso de La Araucanía también se contribuye fuertemente al Plan Impulso, pues se dispone de cinco mil millones de pesos, mientras que para las regiones de Los Ríos y Los Lagos dispone de 3.600 millones de pesos. Lo anterior se complementa con los convenios actualmente vigentes con la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI) en La Araucanía y con Gobiernos Regionales para suplementar los recursos que permiten redoblar los esfuerzos para ir en apoyo de los agricultores de esas regiones.