
La industria manzanera enfrenta muchos desafíos, cómo devolver la rentabilidad al agricultor
La industria manzanera enfrenta tiempos difíciles y una profunda crisis de rentabilidad, quizás las más severa en los últimos 50 años. Esto implica nuevos desafíos en busca del camino para recuperar la rentabilidad del productor, asociado al concepto de sostenibilidad en la renta y su permanencia en el negocio frutícola. El contexto mundial ha precipitado […]

El contexto mundial ha precipitado la pérdida de competitividad de la industria de la manzana chilena; entre los fenómenos que podemos mencionar figuran la crisis económica mundial, que ha implicado una disminución del poder adquisitivo de los consumidores, la pandemia y su impacto en la logística de distribución, que ocasionó la pérdida de sincronía de los fletes marítimos con la consecuente alza de tarifas de transporte, incremento en los costos energéticos y de abastecimiento de materiales de embalaje, costos crecientes de los insumos utilizados en la producción de fruta y costos de mano de obra en ascenso, entre otros.
Elaborar un nuevo diseño productivo es el desafío que debemos proponernos, el cual debe permitir incrementar la productividad de los huertos, fijando estándares mínimos de cajas embaladas/há en función de las variedades, mejorar la calidad de la fruta y reducir las jornadas en los costos de producción.
El punto de partida de un nuevo proyecto debería involucrar la selección de la zona microclimática en donde se maximice el potencial que podría expresar una determinada combinación variedad-portainjerto. Es necesario otorgar especial relevancia a las variables climáticas durante el ciclo de crecimiento de la fruta y su implicancia en los atributos cosméticos y características organolépticas de la misma, pues a menudo se requieren enormes esfuerzos productivos para lograr un producto final con características deficientes, por estar plantados en una zona agroclimática con demasiadas limitantes para dicha variedad-portainjerto, con los consecuentes incrementos en los costos de producción.

La construcción de huertos más intensivos, que impliquen un árbol muy sencillo en términos de sus manejos, implicará que el productor pueda acceder a plantas con un valor inferior a los actuales, un ítem que tiene un impacto demasiado importante en el balance del flujo de caja. Es necesario buscar nuevos escenarios productivos de material de propagación: plantas con menor número de anticipados, dado que normalmente son demasiado desequilibrados respecto del eje y perjudican el adecuado llenado del espacio del árbol en altura y finalmente terminan por eliminarse; producción de plantas microinjertadas; plantas construidas por el propio agricultor, etc.
La selección de clones de alta coloración de las variedades “commodities” es imprescindible en los nuevos proyectos, pues implicará que la cosecha pueda realizarse sin floreos. El recambio en la genética varietal es absolutamente necesario en este escenario de recuperación de la competitividad. Las “variedades club” seguirán formando parte de la paleta de productos de algunas empresas, dada la necesidad de abastecer a sus clientes con “nuevas sensaciones de consumo”. Sin embargo, la rentabilidad de un determinado huerto seguirá pasando por contar con un producto extraordinario en términos de color, calibre y calidad consistente de Gala, Fuji y Granny Smith (únicamente en bloques, se logra la calidad requerida). Respecto de los cvs. tipo Pink Lady®, su futuro es impredecible y pasará por el desarrollo de nuevos mercados, lo que implica educar a nuevos consumidores en este sabor agridulce tan característico. Esto requiere de un esfuerzo por parte de los equipos comerciales de las diferentes empresas y campañas promocionales exitosas.
En este mismo contexto, quizás será necesario reorientar algunos desarrollos varietales, pues se requiere captar adecuadamente los gustos y preferencias de nuevos mercados de consumo, ya que Europa no parece ser el futuro de la manzana chilena en el corto plazo, dado que tienen casi garantizado su autoabastecimiento junto a eficientes programas de guardas prolongadas.
En el contexto de optimizar el uso de los recursos productivos, es importante seleccionar portainjertos con atributos sobresalientes en términos de resistencia a replante o plagas y enfermedades; en la actualidad muchos proyectos están desarrollándose bajo dicho escenario y normalmente tienen un desempeño en términos de vigor del árbol deficitario, lo que implica no lograr los techos productivos requeridos y hacer necesarios programas especiales para su vigorización (incremento de los programas nutricionales, confección de camellones para afrancar, con la consecuente alza en los costos de producción).
Es importante caminar hacia la alta densidad con huertos en donde las labores de poda, raleo y cosecha sean de fácil implementación. Es decir, diseñar huertos con árboles de copa más angosta y adaptados a la mecanización que permitan optimizar los recursos de mano de obra (indicador sugerido en torno a 2,5 JH/ton producida). El conocimiento del comportamiento varietal y su adaptación a la mecanización es muy relevante; por ahora, algunos cvs. han venido mostrando un buen desempeño. Quizás una variedad que se seguirá manejando en sistemas algo más holgados tipo Solaxe y que requiere de un espacio algo mayor para su correcta expresión y lograr fruta con adecuados atributos de color y balance nutricional son los cvs. tipo Fuji.
La optimización de los sistemas de aplicación de fitosanitarios es inminente, con la finalidad de reducir el impacto ambiental, disminuir el uso de combustible y mejorar la eficiencia en los tiempos de tratamiento. El uso de drones para determinados tratamientos es una herramienta para seguir perfeccionado que permitirá liberar el uso de pulverizadores en momentos críticos de control.
El uso de las plataformas climáticas predictivas tiene una enorme implicancia en mejorar la eficiencia de los sistemas de control de eventos climáticos adversos, plagas y enfermedades.
Desde la perspectiva de mejorar la eficiencia de uso de nutrientes y su influencia en la obtención de fruta con adecuados estándares de conservación, se requiere perfeccionar la construcción de información nutricional que permita establecer planes de nutrición para cada cuartel: confeccionar planes nutricionales a la medida. La incorporación de fertilizantes con mayor tecnología en sus formulaciones permitirá disminuir el requerimiento de unidades/ton fruta producida. Otra herramienta es la utilización de fertilizantes con soporte biológico que promueven el crecimiento vegetal mediante la solubilización de nutrientes y la bioestimulación.
Se hace muy necesario disponer de estadísticas oportunas y al servicio del productor y/o exportador que permitan mejorar las decisiones en los nuevos proyectos.
Es importante hacer notar que el productor debe convertirse en un especialista de determinadas combinaciones variedad – portainjerto – sistema de conducción, en función de las limitantes microclimáticas de su huerto. Ofrecer un producto de calidad excepcional es la única forma de seguir compitiendo en los mercados de destino de la fruta.
La invitación a toda la cadena de valor de la manzana chilena es a realizar el máximo esfuerzo por devolverle la rentabilidad al productor, que es el eje fundamental de esta industria.
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