
Los impactos de las heladas en los frutales
Jordi Casas, consultor nacional e internacional especializado en frutales de hoja caduca, dijo que la helada de finales de agosto produjo daños en ciruelas y cerezas, pero se trató de casos puntuales y no una situación generalizada

Pero esa no fue la única helada ya que, luego, el sábado 24 de agosto un nuevo fenómeno afectó a cultivos de Requinoa. Casas, quien se desempeña como docente de Mundoagro Capacita, explicó que si bien en general los pronósticos se están cumpliendo, de las heladas que ocurrieron la más intensa fue la del miércoles 21 de agosto, que no estaba programada y alcanzó una temperatura de -3°C. “Esta helada afectó al ciruelo japonés y a cerezos, principalmente aquellos que no tenían control de heladas, cobertores y torres, helicópteros. Por lo tanto, fueron varias hectáreas dañadas”, añadió.
Sobre qué medidas deben tomar los agricultores cuando ocurre una helada, el especialista detalló que aquellos huertos que tiene un alto riesgo de heladas cuentan con controles, techos, torres con hélices o calefactor o incluso sistemas de aguas de microaspersión área continua o por pulso. “Pero al que no está preparado, le recomendamos contratar helicópteros para controlar las heladas, que es una de las formas. Me tocaron huertos que no tenían la capacidad de tener helicóptero porque era muy caro el sistema. En esto caso lo único que nos queda es aplicar agua. Incluso un simple riego, el día antes de las heladas y dejar lo más mojado posible el suelo, ayudará. Esa es la última medida de emergencia”.
Según Casas, los métodos de pulso son los mejores porque la descarga no es tan alta, ya que si aplicas mucha agua se puede saturar el terreno, lo que afecta a la raíz por falta de oxígeno. “Por eso prefiero el sistema de pulso, que cada cierto tiempo descarga una cantidad de agua sobre la planta. Esta agua se va congelando, lo cual libera calor. Eso se llama efecto iglú, y protege de la helada. Pero hay que estar aplicando agua hasta que se descongele completamente todo lo que hay en la planta. Hay que tener en cuenta que cuando ocurre una helada la fruta se salva si tienes los controles. En las cerezas se hielan los primordios que están adentro. Uno mira las yemas y ve que están verdes y piensa que no pasó nada, por lo tanto, hay que cortar yemas para darse cuenta de que hubo daño”
“Hay mucha literatura que está mal ya que señala que el estado de las yemas se daña con -3°C o -2°C. No es así. Hemos tenido grandes daños con solo -0,5 en ese estado y sobre todo en variedades que tiene una cavidad interna, en la cual al cuando sale el sol, se evapora el agua que está en el exterior de la yema y produce una baja de temperatura. Lo anterior afecta a Kordia y Lapins, que son más sensibles a ese daño, aunque muchas veces pasa desapercibido ya que se piensa que con -0,5 no hay daños. Por eso invito a cortar las yemas, ya que sí se producen daños”.
Respecto a si las heladas podrían impactar el alza del volumen de cerezas que se espera para la campaña 2024-2025, Casas, que desempeñó como gerente técnico de Frusan por más de veinte años indicó: “Lo que hemos hablado con Fernando Santibáñez, que nos asesora en temas climáticos y en generar los programas de control de heladas, es que estas heladas no serán tan intensas como las registradas en 2012, 2013 ya que ahora se están produciendo heladas más puntuales. Por lo tanto, solo habrá pérdidas locales, la baja podría existir, pero no serán tan fuertes. Creo que serán esporádicas y no tan generalizada como en años mencionados”.
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