A nivel sectorial, desde hace años la lechería parece vivir en permanente estado de incertidumbre, a la espera de soluciones que en gran parte no dependen de los propios productores, como cuando se discute el nivel de precios o su volatilidad, y ahora mismo las salvaguardias contra las importaciones de leche en polvo y queso gouda. Pero mientras eso ocurre, a nivel intrapredial surge un desafío: mantener dentro de una burbuja la estructura, el nivel de producción y el énfasis en los detalles para que la competitividad no se vea afectada.

Esa es la realidad que vive hoy, por ejemplo, el fundo Bellavista, de la comuna de Paillaco, en la Región de Los Ríos. Ahí, en esta explotación que es propiedad de la Sucesión Weber se decidió implementar en el patio de espera circular un método de control para mosca de los cuernos en el cual los animales pasan a la salida por una máquina que sopla, generando una corriente de aire que le saca las moscas, para que después se las aspire. Puede parecer una solución menor si se lo compara con problemas mucho más significativos dentro de una lechería como esta, que tiene 730 vacas. Pero lo más probable es que la competitividad esté dada no sólo por las grandes medidas sino por la atención al detalle. Y en ese sentido, es interesante el ejemplo ante un tema que para muchos ni vale la pena molestarse, como se suele escuchar en relación a las moscas de los cuernos.

Fotografía: Javier Pilquinao