Puesta a punto

Manejos asociados a la floración para asegurar cuaja y obtener los rendimientos esperados

Esta temporada tenemos una fertilidad mucho más alta que la observada entre el 2018 y 2023, lo que puede generar una abundante floración. Eso sin considerar que el potencial de tamaño o calibre de la fruta es mucho más limitado desde temprano, por el mayor número de flores en dardos. Por otro lado, hasta el minuto tenemos condiciones favorables en primavera y, sumado a la buena acumulación de frío invernal, debemos asegurar buenas condiciones al momento de la floración para asegurar cuaja y obtener los rendimientos esperados. Ver gráficos 1 y 2.

Aplicación de citoquininas

La etapa I de división celular comienza con inicio de floración y termina 25 días después de plena flor. La hormona encargada de generar división celular es la citoquinina, por lo cual es clave su aplicación de forma exógena para promover un mayor número de células. Así, construimos un fruto con una capacidad mayor de células que permita aumentar el calibre de la fruta y contribuir a la firmeza y calidad. En tabla 1, un resumen de cómo debe aplicarse. Junto con esto, las aplicaciones de citoquinina deben mezclarse con calcio, boro y zinc foliar, cuyos efectos son:

Zinc: Mejora calidad del polen, además de participar en importantes procesos enzimáticos.

Boro: Mejora calidad del polen y participa en la elongación del tubo polínico, además de ser cofactor en el transporte de azúcares de hoja a frutos.

Calcio: Forma pectatos de calcio que confieren firmeza al fruto; es importante realizar aplicaciones tempranas en la etapa de desarrollo del fruto.

Manejo del riego

Las revisiones de calicatas ya han mostrado humedad bajo capacidad de campo, por lo cual se debe comenzar a regar en diferentes huertos y tipos de suelos. Por la importancia del agua en la fisiología de la planta, es clave realizar un correcto manejo del riego a lo largo de la temporada.

Los riegos deben ser de alta carga hidráulica, con el objetivo de entregar al suelo una correcta relación de agua y oxígeno, ya que el riego tiene un importante efecto tanto en el enfriamiento como en la respiración de la planta. De acuerdo con el estado fenológico del cultivo, solo se debe modificar la frecuencia y no el tiempo de riego.

Los riegos deben ser de alta carga hidráulica. Para una buena condición de raíces, debemos proporcionar agua y oxígeno. Ver Figura 1. Debemos considerar que es el suelo lo que regamos; por lo tanto, para determinar criterios de riego debemos considerar el tipo, textura, estructura y limitantes de suelo. Realizar riegos “largos” de alta carga hidráulica no solo nos permite proporcionar a la planta una correcta relación de agua y oxígeno que cumpla con los requerimientos hídricos de la planta según su estado de desarrollo y fenología, sino que también permite mantener condiciones óptimas del suelo evitando compactación y promoviendo el desplazamiento de sales.

En huertos con alta presencia de sales en el suelo, los riegos largos permiten desplazar las sales de la zona radicular, evitando intoxicación de las plantas.

Riego deficientes

Al proporcionar riegos deficientes se le entrega a la planta insuficiente enfriamiento y respiración, generando asfixia de raíces (portainjerto MxM 14 y 60 muy sensibles) lo que provoca clorosis férrica en las hojas, deficiencia de fierro y muerte de raíces. Esto entrega una señal negativa a las plantas, ya que se regula y disminuye la cantidad de inhibidores (ABA) y aumenta la cantidad de promotores (CK), para provocar trastornos en las plantas que afectan la fenología y el crecimiento, ya que se emitió una fuerte señal para producción de etileno y ácido abscísico (señal de estrés).

Como se observa en la imagen 2, tenemos un bulbo de mojamiento insuficiente con un riego de 3 horas cada 4 días en variedad Regina sobre Gisela 12, donde claramente hay gran porción de las raíces en suelo seco y en punto de marchitez permanente, quedando la planta expuesta a situación de estrés que es perjudicial para el desarrollo vegetativo y productivo del huerto.

Para definir con mayor precisión la frecuencia de riego, es elemental la revisión periódica de calicatas para ir ajustando en base a la necesidad de nuestros suelo y cultivo, y recordar que solo se debe modificar la frecuencia y nunca el tiempo de riego.

Revisión de calicatas

Para asegurar que los criterios de riego cumplan con las necesidades hídricas de la especie, debemos revisar constantemente calicatas. Si bien hoy contamos con tecnologías para el monitoreo del riego, como sondas de humedad, esa información se debe corroborar en terreno mediante una calicata. Esta revisión debe ser parte de las labores importantes en un huerto, sobre todo en los meses de alta demanda hídrica, ya que un error al momento de regar puede repercutir directamente en el rendimiento y la calidad de fruta, pero además puede tener consecuencias sobre enfermedades y estrés de la planta.

Al momento de la revisión debemos considerar:

  1. La calicata debe ser profunda para que permita observar los horizontes del suelo donde hay presencia de raíces.
  2. Se debe realizar en sectores y plantas representativas del huerto.
  3. Revisar el bulbo de riego, cuánto moja en lateralidad y profundidad.
  4. Verificar humedad suficiente a capacidad de campo y revisar porosidad.
  5. Revisar niveles de compactación a distintas profundidades.
  6. Revisar la dirección de crecimiento y dónde se concentran las raíces.
  7. Revisar si las raíces tienen actividad y crecimiento (peak radicular).
  8. Verificar sanidad de raíces, descartando ataque de larvas de suelo, (burritos, pololo San Juan), enfermedades (Phytophthora spp o Armillaria mellea) y nematodos patógenos.

Fertilización y principales funciones de nutrientes

Nitrógeno: Es el componente de la clorofila y nutriente primario para la producción de aminoácidos de la planta, base de las proteínas, enzimas y ácidos nucleicos (ADN, ARN). El fruto es un gran centro de acumulación de formas nitrogenadas, como los aminoácidos.

El cerezo puede absorber el nitrógeno como nitrato (NO3-) y amonio (NH4+), con predominio de absorción como nitrato. El nitrógeno tiene alta movilidad en la planta y la forma de llegada a las raíces es fundamentalmente vía flujo de masas. Es recomendable fuentes de nitrógeno como nitratos, que además promueven la síntesis de citoquinina endógena. Principales fuentes de fertilizantes recomendadas para cerezos: nitrato de Ca, Entec 21, Novaten 21.

Calcio: Su principal función en la planta es la formación de pectatos de calcio en la pared celular durante la división celular, la cual dura diez días. Junto al cofactor boro, participa en la formación de fosfatos de calcio en la membrana celular; también en la formación de oxalatos de calcio en las células. Es importante en la elongación y división celular, donde da estabilidad estructural, rigidez y permeabilidad a las células.

El cerezo puede absorber el calcio como Ca++, principalmente por flujo de masas y por raíces jóvenes no suberizadas. Tiene una baja movilidad en el xilema y casi nula en floema. El movimiento en la planta es por evapotranspiración. Por su baja tasa de evapotranspiración, el fruto acumula pocas unidades de calcio comparado con otros órganos dela planta como hojas, siendo en floración y cuaja su mayor acumulación, ya que en ese momento el órgano que más evapotranspira es la flor y fruto cuajado, posterior a esto su concentración disminuye y comienza su acumulación en madera y hojas.

La fertilización de calcio debe iniciar temprano en la temporada (hasta caída de chaqueta), y se debe disminuir la competencia con otros nutrientes. Los principales factores que inhiben la absorción de calcio son excesos de amonio (NH4+) y de vigor, falta de calcio en el suelo (CIC <60%), excesos de carga frutal, falta de fertilización cálcica y deficiencia de boro.

Como el calcio es absorbido por raíces nueves, es recomendable aplicar enraizantes auxínicos para crear la mayor cantidad de pelos radicales. La principal fuente recomendada para cerezos en huertos con vigor equilibrado o deficientes de vigor es el nitrato de Ca mientras que en huertos con excesos de vigor es el óxido de calcio. La carencia de calcio en frutos provoca mayor susceptibilidad de daño por frío en postcosecha, maduración blanda, pulpa blanda, decoloración y pardeamiento de pulpa.

Potasio: Es uno de los nutrientes más importantes en la producción de frutos de cerezos de calidad, ya que cumple tareas clave como activación de más de ochenta enzimas, regulación osmótica, transporte de carbohidratos hacia la fruta junto al boro como cofactor. Participa en la generación de energía (ATP) y es el nutriente mineral más abundante en los frutos. Acelera el flujo de transporte de fotoasimilados de hojas a frutos (fuente sumidero).

El cerezo puede absorber en forma de (K+), es absorbido principalmente por difusión, por lo que se requiere de altas concentraciones en el suelo para su ingreso a las raíces. Tiene una alta movilidad en la planta. Su fertilización y absorción es importante desde fruto cuajado en adelante, principalmente en cambio de color. La fuente de fertilizantes recomendada para cerezos es el sulfato de K.

Fósforo: Su principal función en la planta es en la formación de enzimas, fosfoproteínas, acumulación y transferencia de energía para la fotosíntesis y transporte de azúcares (ATP). Forma fosfolípidos y ácidos nucleicos, estimula la brotación de raíces, brotes aéreos y la formación de semillas, promueve la madurez temprana y la calidad de fruta, ya que actúa como regulador de la formación y transporte de azúcares y almidón.

El cerezo puede absorber en forma de fosfato monobásico (H2PO4) a pH<7,2 y fosfato dibásico (HPO4) a pH>7,2. El fósforo tiene alta movilidad en la planta, pero muy baja en el suelo y la forma de llegada a las raíces es fundamentalmente por difusión, por lo cual requiere de altas concentraciones para su ingreso a las raíces. La principal fuente de fertilizante recomendada para cerezos es el ácido fosfórico.

Magnesio: Es parte esencial de la molécula de clorofila, que consume cerca del 20% Mg total. Esta molécula genera constantemente carbohidratos que la planta utiliza para construir sus tejidos y para el consumo de energía. El magnesio también participa en la transformación de nitrógeno a proteína. Cuan-do falta magnesio, disminuye la producción de proteína y aumenta el nitrógeno no proteico circulante (amidas, aminas), especialmente si la planta es sometida a altas dosis de fertilizante nitrogenado. Entonces se generan desórdenes fisiológicos que repercuten en la calidad de fruta.

El cerezo puede absorber en forma Mg++, tiene una alta movilidad en la planta y su absorción por raíces es mediante flujo de masas y difusión.

La principal fuente de fertilizante recomendada para cerezos es el sulfato de Mg. La carencia de magnesio provoca clorosis en hojas adultas, ya que el magnesio existente en el sistema es traslocado a hojas más jóvenes, por la alta movilidad del Mg en la planta. Las hojas afectadas caen prematuramente. Los portainjertos de la serie Maxma son particularmente débiles a la absorción de Mg.

Boro: Es importante en el desarrollo del tubo polínico y nuevas células en tejidos meristemáticos. Actúa como cofactor del potasio en el llenado de frutos y de calcio, transporte de nitrógeno y fósforo dentro de la planta, síntesis de aminoácidos y proteínas también participa en la activación del metabolismo de los carbohidratos, lignificación de los tejidos y maduración de la fruta.

Tiene baja movilidad en la planta, no es movilizado rápidamente frente a deficiencias, es móvil en el suelo, pero dependiente de la humedad. Su principal absorción por raíces es mediante flujo de masas. El cerezo puede absorber principalmente en forma de ácido bórico H2BO3. Es clave revisar que los niveles de boro estén en los rangos ideales para cerezos, y en caso de deficiencias fertilizar con 250 gr/ha de ácido bórico dos veces al mes. Es importante complementar con aplicaciones foliares desde inicio de floración hasta caída de chaqueta.

Fertilización mineral al suelo

Para realizar los cálculos de fertilización se deben considerar variables como variedad/portainjerto, edad del árbol, fenología, historial de producción, rendimiento estimado, análisis de suelo, análisis foliares, análisis de frutos, crecimiento anual de ramillas, índice de vigor (1-5), análisis de agua de riego, reciclaje de nutrientes, sistema de riego y limitantes drenaje del suelo.

En base a eso se deben calcular las unidades de fertilizantes a integrar al sistema durante la temporada. Dependiendo del portainjerto son los requerimientos nutricionales y a la producción estimada. Ver tabla 3.

Algunas recomendaciones:

  • Se deben considerar fuentes de nutrientes como sulfatos y nitrato, ya que el cerezo es sensible a intoxicación con muriatos y cloruros.
  • Evitar fertilización con urea en huertos productivos, ya que tiende a ablandar fruta.
  • Fertilización de calcio debe estar terminada antes de la caída de chaqueta, máximo hasta endurecimiento de carozo.
  • En huertos con excesos de vigor, suspender fertilización nitrogenada en primavera, solo complementar fertilización nitrogenada en postcosecha.

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