Durante las reuniones sostenidas, con la Seremi de Agricultura, Irene Ramírez y los directores del SAG, INDAP, INIA, FIA; se estableció que el programa IDE Minagri, es un sistema capaz gestionar la Información Geoespacial (IG) del MINAGRI y facilitar así la toma de decisiones, principalmente entre autoridades ministeriales y profesionales del agro, por medio de la entrega de un acceso oportuno a datos e información oficial de carácter geoespacial, consolidada y estandarizada en una plataforma tecnológica interoperable.

Al respecto, la Seremi de Agricultura se refirió al servicio que entrega CIREN como “un tremendo avance en la entrega de conocimiento para el desarrollo rural y los recursos naturales a través de la investigación, información e innovación a disposición del sector rural, tanto para sus habitantes como para profesionales e instituciones ligadas al desarrollo de las comunas rurales, presentando el desafío de transferir dichas herramientas a los usuarios y a quienes toman las decisiones”.

En tanto la profesional especialista del Sistema de Información Geográfica (SIG) del SAG Magallanes, Ana Luisa Tapia Toro, explicó que este sistema “busca democratizar la información espacial producida por el MINAGRI, poniendo a disposición de la ciudadanía el visor de mapas on-line desde el geoportal  http://ide.minagri.gob.cl, y con ello visualizar la información con que cuentan los diferentes Servicios del Ministerio”.

Durante la visita, las profesionales de nivel central sugirieron trabajar mancomunadamente con el Gobierno Regional, GORE, en proyectos que permitan hacer un levantamiento de información sectorial, provincial y/o regional a fin de contar con información actualizada de la región, focalizada en los objetivos y resultados que se ajusten a la necesidad productiva regional.

Finalmente, el llamado fue a trabajar mancomunadamente con otros servicios y organismos dependientes del Estado de Chile, con el fin de compartir la información levantada y que el Estado en su conjunto pueda trabajar con esta información base y generar productos según los intereses de cada Servicio.

Equipo de profesionales encuestadores recorrerán todos aquellos predios de las regiones de O’Higgins, Coquimbo y Atacama, cuya superficie cultivada sea igual o mayor a 0,5 hectáreas y/o 50 plantas en el caso de especies como papayo o datilera.

Bajo estrictas medidas sanitarias y con un fuerte apoyo tecnológico que permita disminuir el contacto entre el encuestador y el productor, comenzó el trabajo en terreno para llevar a cabo la primera fase de recolección de datos del Catastro Frutícola para el año 2021.

El catastro es un estudio censal que permite a las autoridades del sector, como asimismo a productores, exportadores y a la sociedad en general, disponer de información actualizada sobre las variaciones y tendencias en la superficie y especies frutales a nivel comunal, regional y nacional. La información se actualiza trianualmente y para el próximo año corresponden las regiones de O´Higgins, Coquimbo y Atacama.

“Esta versión del catastro frutícola, será muy especial, pues se realizará en medio de la gran emergencia sanitaria que se vive como producto de la pandemia COVID-19, situación que nos ha obligado a extremar medidas de protección y rediseñar algunos sistemas de consulta obtención de la información. De otra parte, en el presente periodo se incluye a la región de O’Higgins que es la más importante en volúmenes de producción frutícola, abarcando el 24,8% de la superficie total nacional. Por lo antes dicho, la realización de esta versión del catastro será todo un desafío, para lo que nos hemos preparado durante varios meses; sabemos la importancia que reviste la realización de este estudio para el desarrollo agrícola y económico del país”, precisó Félix Viveros, Director Nacional del Centro de Información de Recursos Naturales, CIREN, organismo a cargo de la realización del estudio que cuenta con el apoyo de la Oficina Estudios y Políticas Agrarias, ODEPA, ambos servicios del Ministerio de Agricultura.

El recorrido por regiones comenzará en las comunas de Requínoa, Las Cabras, Peumo, Rengo, Chimbarongo, San Fernando, Coltauco, Graneros, Placilla y Codegua, entre otras en O´Higgins. En la última actualización para esta zona realizada en el año 2018 se registró una variación positiva de un 10,3% obteniendo una gran sorpresa en el cultivo del cerezo con un aumento de 5 mil hectáreas en tres años.

El SEREMI de Agricultura de O’Higgins, señaló que “O’Higgins al ser la región más importante en exportaciones de frutas del país, es clave para el desarrollo de este catastro, que normalmente nos ha provisto de información valiosa para la elaboración de políticas públicas, como también para la toma de decisiones de los productores. Es una herramienta valiosa y que no deja de sorprender por el nivel de tecnología para desarrollar esta radiografía de especies y superficie, que además del trabajo de campo, hay incluso satélites que nos ayudan a desarrollar un mejor mapa”, señaló la autoridad regional.

El levantamiento de información luego continuará en las comunas de Copiapó y Atacama. En esta última región, la publicación anterior registró cerca de 9.200 hectáreas de cultivos frutícolas, mientras que en la región de Coquimbo se contabilizaron 27.178 hectáreas posicionándose como la 5ta región más importante a nivel de producción frutícola.

Fueron dos talleres en Talca y Linares los que permitieron congregar a un grupo importante de agricultores, quienes identificaron las necesidades, inquietudes e interrogantes a las cuales se ven enfrentados al momento de cambiar de rubro. En ambas oportunidades, presentaron sus opiniones acerca de un grupo de especies con potenciales de producción en la región y que darán paso a la “Estrategia para la reconversión productiva agroclimática inteligente y sustentable del sector remolachero en la región del Maule”.

De un conjunto de 21 especies, se eligieron 10, tomando en consideración su aptitud frente a las condiciones de suelos y clima en la región, sumando un análisis de algunos factores económicos que intervienen en la producción.

Algunas de las especies que conforman este grupo son pistacho, ciruelo europeo, espárrago y quínoa, las cuales serán analizadas como opciones de reconversión en el estudio financiado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y ejecutado por CIREN, que busca disminuir los riesgos asociados a la reconversión productiva, reduciendo la incertidumbre asociada.

 “Estamos hablando de una herramienta fundamental y necesaria para el desarrollo de un sector que necesita apoyo. Este proyecto permitirá tomar decisiones con información confiable, tomando en cuenta todas las variables, especialmente las de la inestabilidad climática y del mercado”, explicó Félix Viveros, director ejecutivo de CIREN, quien además añadió que “este proyecto se formuló por y para los productores remolacheros y por eso ha sido tan importante contar con su participación. Qué mejor que ellos mismos para establecer los mejores mecanismos de ayuda”, sentenció.

En un periodo de 24 meses un equipo multidisciplinario estará trabajando en la preparación de información que permita establecer las bases para el diseño de una estrategia de reconversión productiva dirigida a remolacheros. Los productos del estudio estarán disponibles de forma gratuita para su consulta en la página web www.ciren.cl.

Este proyecto es parte de los esfuerzos que en la actualidad realiza el Ministerio de Agricultura para apoyar a aquellos productores remolacheros que se vieron perjudicados con el cierre de la planta Iansa Linares el año pasado.

 “Desde el primer día trabajamos de manera conjunta, todos los servicios del Ministerio de Agricultura, con los productores y las autoridades regionales y cada uno, desde su ámbito de acción, ha colaborado para estimular y apoyar la competitividad de estos productores que fueron afectados por el cierre de la planta”, explicó la Seremi de Agricultura del Maule, Carolina Torres.

A la fecha, el Ministerio de Agricultura a través de su Secretaría Regional, ha entregado 278 millones de pesos a 105 agricultores, de un total de 694 millones 500 mil pesos que se colocarán en un plazo de un año más y que corresponden a una iniciativa financiada por el Gobierno Regional del Maule. El objetivo de ese plan es estimular y apoyar la competitividad del rubro remolachero, a través del acceso a recursos destinados a paliar los costos extraordinarios involucrados en esta cosecha. De esta forma, la iniciativa contribuye a mejorar el nivel de ingresos y consecuentemente la calidad de vida de los agricultores afectados, en las comunas de Linares, Longaví, Yerbas Buenas, Colbún, Villa Alegre y San Clemente.

Sin perjuicio de esta ayuda directa que también se complementa con acciones de INDAP, SAG y CNR para fortalecer el riego, los suelos y la asesoría técnica de los remolacheros, la Seremi valoró el proyecto que comenzó a desarrollar CIREN, pensando en las decisiones que deberán tomar los productores en el mediano plazo.

“Ya estamos trabajando en las medidas que están enfocadas en mejorar la producción, pero nos parece muy importante que los remolacheros tengan una orientación, con un importante soporte profesional como el que entrega CIREN, para que puedan apoyar su proceso de toma de decisión si deciden optar por la reconversión productiva”, agregó Carolina Torres.

Por: Ing. Agr. Horacio Merlet, Jefe de la Unidad de Agroclima de CIREN

En Chile existen cerca de cinco millones de hectáreas de suelo arable (cultivable), lo que representa el 6% de la superficie continental del país. De estas, sólo un poco más de 764 mil hectáreas suponen territorios sin limitaciones, es decir, relativamente planos, profundos y sin pedregosidad. Una cifra baja, en circunstancias que sólo nuestra fruticultura ocupa 321.590 hectáreas, correspondiente al 42% de este tipo de suelos que existen en el país. Esto evidentemente obliga a pensar que, para el desarrollo de este rubro productivo tan importante para nuestras exportaciones, se están ocupando suelos no aptos, lo que se traduce en una merma de la calidad o aumento del costo de producción.

Para saber si los suelos son agrícolas y se pueden cultivar, existen diversas metodologías; desde sistemas de clasificación orientados a organizar el conocimiento científico, algunos relacionados con los procesos de génesis e interacciones entre sus componentes y con el medioambiente que los rodea, hasta sistemas interpretativos relacionados con la predicción de su comportamiento e identificación de su mejor uso o estimación de su productividad.

En nuestro país se usa la clasificación por Clase de Capacidad de Uso que, en su concepción más amplia, representa la habilidad de los suelos para soportar distintos cultivos, en forma sustentable y sin presentar riesgos de degradación. Dicho en otras palabras, es una clasificación técnica e interpretativa basada en sus características permanentes que tiene por objeto agruparlos en clases, en función de las dificultades y riesgos de deterioro que se pueden presentar al usarlos.

Este sistema contempla ocho niveles, ordenados en números romanos del I a VIII, de los cuales, las primeras cuatro clases (I a IV) corresponden a suelos arables o que se pueden cultivar. Las siguientes cuatro (V a VIII) se consideran no arables, es decir, que no se pueden cultivar sin provocar un deterioro importante. Según un estudio del Centro de Análisis de Políticas Públicas de la Universidad de Chile, publicado en 2013, solo un 0,15% del total país corresponde al nivel I, en el otro extremo, un 18,78% pertenece a la clase VIII.

Un ejemplo de lo anteriormente mencionado es lo registrado durante la temporada agrícola 2017-2018 en la Región de Valparaíso. Según el estudio Evaluación del Impacto de la Disponibilidad Hídrica en la actividad agrícola regional, realizado recientemente por CIREN en conjunto con la Seremi de Agricultura, durante este período se regaron 100.848 hectáreas, de las cuales 16.857 correspondieron a suelos no arables, con pendientes mayores a 15% y una Clase de Capacidad de Uso identificados como VI o VII. Para esta región, con cultivos principalmente de paltos, se requirieron altas inversiones en tecnificación del riego y en el manejo del suelo.

La escasez de buenos suelos en nuestro país se ve agravada con la situación de deterioro que están sufriendo. En el Informe Anual de Medio Ambiente (INE, 2016) basado en el estudio realizado por CIREN, 2010, se indica que la erosión es uno de los problemas más importantes que afectan a los suelos chilenos y que, si bien tiene causas naturales, también es generada por la intervención humana, sin considerar la urbanización y la contaminación. Tal informe indica que en la Región de Coquimbo el 84% de los suelos presentan algún grado de erosión, la Región de Valparaíso un 57% y la Región del Libertador Bernardo O’Higgins un 52%.

A lo anterior, se debe agregar el efecto de la expansión urbana, con un importante desarrollo inmobiliario en las principales ciudades del país implementados casi exclusivamente sobre suelos agrícolas de la mejor calidad. Un ejemplo de ello es lo que ocurrió en la Región Metropolitana: si en 1970 tenía una superficie urbana de 18.695 ha ubicadas principalmente en lo que denominamos el Gran Santiago, disponiendo de una superficie agrícola de 50.436 ha, al 2001 y según un estudio de la PUC, el terreno urbano llegó a 57.105 ha, sumándose luego otras 9.845 ha. con la modificación del PRMS 100.

Con todo esto, ¿podremos seguir siendo una potencia agroalimentaria o, por lo menos, continuar siendo competitivos considerando que, según FAO, tenemos la menor proporción de tierras agrícolas entre los países de América del Sur?

Mediante algunos programas de fomento del Ministerio de Agricultura se hacen importantes esfuerzos para mejorar los suelos del país. El Sistema de Incentivos para la Recuperación de Suelos Degradados, ejecutado durante el período 2014-2016, benefició a 7.624 agricultores logrando recuperar el potencial productivo de 248.970 ha, sin embargo, esto no es suficiente. Se hace necesario avanzar en una política de ordenamiento territorial, que valore no sólo el papel que juega el suelo como factor de producción en la actividad económica de la agricultura, sino que también como un recurso natural escaso en el país.

El Director de CIREN, Juan Pablo López, informó que la región registra la mayor cantidad de hectárea en paltos con 19.135, en segundo lugar se encuentra la uva de mesa con 11.190 y nogal con 6.786.

El informe indica que los nogales registran un incremento de superficie plantada entre 2014 y 2017, con 1.142 ha equivalentes a un alza de 20,2%. El alza en  la superficie se debe al crecimiento de las variedades Serr y Chandler, que en conjunto registran una variación positiva cercana a las 1.200 ha.

Las hectáreas cultivadas de mandarino se incrementaron en 813 hectáreas (74,2% de incremento en relación con el año 2014), alcanzando 1.910 ha. En caso de la uva de mesa presentan una disminución de la superficie en la presente temporada. Sin embargo, no se ve alterada la importancia relativa de cada una de ellas. Es así como Red globe y Thompson seedless se mantienen a la cabeza de las plantaciones, con 2.389 y 2.356 ha, respectivamente, cifras que reflejan caídas porcentuales de -7,2 y -2,2%. Las mayores pérdidas de superficie se presentan en Flame seedless, con una caída de 236 ha, equivalente a una disminución porcentual de 11,7%, hecho que no altera su posición relativa.

En el marco de su gira de difusión del Catastro Frutícola en la Región del Biobío, el Director Ejecutivo del Centro de Información de Recursos Naturales, Ciren, Juan Pablo López, recorrió junto al Seremi de Agricultura de la Región del Biobío, Rodrigo García, la localidad de Rinconada de Cato en la Provincia de Ñuble, para ver el trabajo en terreno de los profesionales que realizan este proyecto.

El Catastro Frutícola es una investigación censal realizado por Ciren con el financiamiento de la Oficina de Estudios para las Políticas Agrarias, Odepa, y su objetivo principal es obtener información de la superficie frutícola, de las plantaciones, de productores y de la infraestructura frutícola de las zonas encuestadas. Para conseguir esta información se encuestan todos los predios con plantaciones frutales comerciales iguales y/o superiores a 0,5 hectáreas.

En el recorrido, el director López y el seremi García fueron acompañados por las jefas del Catastro Frutícola, las ingenieras agrónomo Patricia Larrañaga y María Angélica Osores.

En la oportunidad, las autoridades del Ministerio de Agricultura vieron cómo los profesionales de Ciren catastran los predios frutales y cómo les explican a los agricultores de la zona la importancia de los resultados del Catastro Frutícola.

“Las encuestas comenzaron el pasado 1 de diciembre y se extenderán por dos meses, por lo que le pedimos a los agricultores y productores de la Región que nos abran sus puertas ya que las cifras que se obtienen del Catastro Frutícola son de vital importancia para que el sector público y privado puedan tomar las mejores decisiones de inversión, producción y reconversión de los terrenos agrícolas”, explicó desde Chillán el Director Ejecutivo de Ciren, Juan Pablo López.

La última vez que se realizó el Catastro Frutícola en la VIII Región fue el 2012, reflejando en aquella oportunidad un crecimiento de un 75,7% en 6 años, sumando un total regional de 11.212,2 hectáreas.

Aquel año, la especie de mayor superficie fue el arándano americano (4.280 ha), seguido por el manzano rojo (1.415 ha), el cerezo (1.309 ha) y la frambuesa (1.283 ha).

En relación a las provincias, la que sobresale con mayor cantidad de hectáreas destinadas a la fruticultura es Ñuble con 7.728 ha el 2012.

En 1981, la Corfo realizó el Catastro Frutícola en la Regiones de Tarapacá y Antofagasta, transformándose éste en el último estudio censal de la fruticultura del norte grande del país.

Después de 34 años,  profesionales del Centro de Información de Recursos Naturales, Ciren, se trasladaran hasta el extremo norte del país para realizar una nueva versión del Catastro Frutícola de la Región de Arica y Parinacota.

El Catastro Frutícola es realizado por Ciren gracias al financiamiento de la Oficina de Estudios para las Políticas Agrarias, Odepa, y su objetivo principal es obtener información actualizada de la superficie frutícola, de las plantaciones, de productores y de la infraestructura frutícola de las zonas encuestadas. 

 “Las cifras que entrega el Catastro son de vital importancia para que el sector público y privado pueda tomar las mejores decisiones de inversión, producción y reconversión de los terrenos agrícolas. Sus resultados permiten saber también cómo está la economía de la región y cómo ha evolucionado el trabajo de la agricultura familiar campesina”, aseguró el Subdirector de Ciren, Carlos Gálvez.

Por su parte la jefa del proyecto de Ciren, la ingeniera agrónomo Patricia Larrañaga, adelantó que “este catastro actualiza el estado frutícola de la zona, por eso es relevante que los agricultores contesten las encuestas y reciban a nuestros profesionales de terreno.  Vislumbramos que en este trabajo encontraremos cifras novedosas en variedades como el olivo, naranjo, limonero, palto, mango y guayaba, entre otras especies”.

A diferencia de los catastros realizados en otras regiones del país, donde los predios censados poseen una superficie superior a 0.5 hectáreas, en Arica y Parinacota se encuestarán las plantaciones superiores a las 0.2 hectáreas.

En el caso de especies como el caso del mango y la guayaba, se encuestarán los campos con más de 50 plantas. Estas encuestas comenzaron el 1 de diciembre y estarán a cargo de un equipo técnico del área agrícola del Centro de Información de Recursos Naturales, Ciren, quiénes estarán claramente identificados.

Los resultados finales del Catastro Frutícola de Arica y Parinacota estarán disponibles en julio del 2016.

El próximo jueves 24 de septiembre, a las 11:00 horas, en la Intendencia Regional, el Ministerio de Agricultura a través del Centro de Información de Recursos Naturales (CIREN) y la  Oficina de Estudios para las Políticas Agrarias (ODEPA) presentará los principales resultados del Catastro Frutícola Región de O´Higgins.

El Catastro Frutícola es un estudio, ejecutado por CIREN gracias al financiamiento de ODEPA, que consiste en una investigación censal de todos los predios con plantaciones frutales, de un tamaño igual o superior a 0,5 hectáreas.

Entre la información que compone esta publicación destaca la superficie plantada por provincias, superficie por especie, producción por especie y destino de éstas. Además de  variedad, año de plantación, riego, métodos de riego, entre otros.

En el caso de los resultados para la VI Región, estos serán los primeros desde el 2009, año que se realizó la última edición del Catastro Frutícola en la zona y determinó que en la región existían 75.239,4 hectáreas destinadas al sector frutícola, siendo las especies vid de mesa, manzano rojo y ciruelo europeo, las que más se producen en la zona.

“Los resultados para la región de O´Higgins generan una alta expectativa entre agricultores y productores, ya que ésta es la zona frutícola por excelencia y la que tiene más hectáreas frutales en el país (…) El eventual aumento o descenso en la producción, servirá de parámetro para medir el pulso de la fruticultura nacional”, explicó el director ejecutivo de CIREN, Juan Pablo López.

 “Además incluye información de infraestructuras y agroindustria como capacidad instalada, toneladas procesadas y número de cajas embaladas que se obtuvo de 602 encuestas”, este es otro dato relevante que le da gran valor a este trabajo, agregó López.

La enfermedad llamada agalla del cuello o de la corona, producida por la bacteria patógena Agrobacterium tumefaciens, afecta principalmente a diversas plantas de vivero y a frutales establecidos como almendros, ciruelos, damascos, arándanos, cerezos y nogales, entre otros, generando importantes pérdidas a los agricultores ya que los árboles enfermos van disminuyendo su productividad hasta el punto que hay que arrancarlos, por no ser económicamente viables.

La agalla del cuello es muy abundante en suelos chilenos, pudiendo sobrevivir durante varios años como organismo saprófito, es decir, alimentándose de materiales en descomposición. Ataca a las plantas a través de heridas en raíces y corona, provocadas por labores agrícolas o por ataques de nematodos e insectos del suelo.

De acuerdo a cifras del Centro de Información de Recursos Naturales (CIREN), se estima que en Chile hay 297.000 hectáreas plantadas con frutales en el país.

Para prevenir esta plaga, la empresa nacional Biogram desarrolló hace ya 10 años un controlador biológico, de carácter preventivo, cuyo principio activo es también una bacteria, la cepa K84 de Agrobacterium radiobacter, la que neutraliza el ataque de A. tumefaciens. Esta bacteria es de origen australiano, y es la única no modificada genéticamente con la que ha sido demostrado su efecto como preventivo del patógeno A. tumefasciens.

El producto, llamado Biobacter 84G®, es uno de los pocos existentes a nivel mundial, que contiene esta bacteria, ya que sólo hay otros tres países que generan formulados similares: Estados Unidos, Holanda y Australia.

“Se aplica sumergiendo las raíces en una suspensión de Biobacter 84G en agua. Nuestro producto se ha aplicado en los últimos 10 años a más o menos 31 millones de plantas, en vivero y huerto. En todo este período, no hemos sabido de brotes de agalla del cuello en plantas inoculadas”, señala el gerente comercial de Biogram, Pedro Miranda.

Detalla el ejecutivo que no hay en el mundo un tratamiento químico o de cualquier otra índole para neutralizar esta plaga, y que Biobacter 84G es en el país el único producto con registro de biopesticida otorgado por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) para controlarla.

Miranda resalta que para mantener la efectividad del producto, renuevan la cepa madre a lo menos una vez al año, importándola de ceparios oficiales de Estados Unidos y Europa. La pureza, autenticidad y vigencia de la cepa es una ventaja competitiva que tiene Biogram, al igual que la experiencia de más de tres décadas en el manejo de este biocontrolador.

Eso explica, detalla, el fuerte incremento en las ventas del producto en el mercado local. El año pasado el número de unidades comercializadas aumentó en 41% respecto de 2013.

Además, la empresa está en avanzadas negociaciones para exportarlo a Perú y también ha recibido solicitudes de México, España, Colombia.

Estas cifras se deben a que las especies limoneros (40,5%), palto (15,5%) y vid de mesa (8,1%) tuvieron importantes bajas desde el 2008, año que se realizó el último índice.

El Ministro de Agricultura, Carlos Furche, encabezó la presentación de los principales resultados del “Catastro Frutícola Región de Valparaíso”, estudio realizado por el Centro de Información de Recursos Naturales (Ciren) y por la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa).

Este catastro consiste en una investigación censal de todo el universo de predios con plantaciones frutales comerciales, donde se obtiene información sobre superficie frutícola, infraestructura y agroindustria frutícola. En él se considera como plantación frutícola, a la superficie ocupada de un tamaño igual o superior a 0,5 hectáreas.

Furche señaló que la generación de  información como la del catastro frutícola “nos permite conocer la situación del sector y contribuye a focalizar la gestión del Ministerio en pos de procurar la disminución de la desigualdad en la agricultura nacional”.

El director ejecutivo de CIREN, Juan Pablo López, manifestó que “la agricultura experimenta día a día muchos cambios en cuanto al uso y tenencia del suelo, tipos de cultivos, superficies, tecnologías asociadas a la utilización del recurso hídrico e infraestructura agrícola, por eso contar con investigaciones censales, como el catastro, es un aporte a la toma de decisiones para generar un verdadero desarrollo local”.

La directora de Odepa, Claudia Carbonell, comentó que “los resultados de este estudio son relevantes para las decisiones de las inversiones en el sector, para el establecimiento de proyectos de nuevas plantaciones o el recambio de variedades, como también para la gestión de las políticas públicas”.

Los resultados 2014 señalan que hubo una disminución de 3.762 hectáreas frutales en la Región de Valparaíso, equivalente al 7,4%, dejando a la región con un total de 46.841 hectáreas.

Estas cifras se deben a que las especies limoneros (40,5%), palto (15,5%) y vid de mesa (8,1%) tuvieron importantes bajas desde el 2008, año que se realizó el último Catastro Frutícola en la Región.

La investigación en terreno y de análisis estadístico reflejó que  hay especies frutícolas que aumentaron el número de sus hectáreas plantadas, como el almendro, el mandarino y el granado.

El nogal es la especie que tuvo el aumento más explosivo al crecer en 6 años un 71,7%, alcanzando en la actualidad 5.645 hectáreas en la Región de Valparaíso.

A pesar de este aumento, el nogal sólo ocupa el tercer lugar en número de hectáreas en la región, ya que esta cifra es encabezada por el palto (18.586) y la vid de mesa (10.771).

CIFRAS POR PROVINCIAS

El “Catastro Frutícola Región de Valparaíso” determinó que la provincia de San Felipe es la que más participación tiene, alcanzando un total de 15.569 hectáreas, equivalente al 33.1% de la región. Le siguen las provincias de Quillota (10.751 ha.) y Petorca (8.648 ha).

La zona que más aumentó es la provincia de San Antonio,  llegando en la actualidad a 1.629 ha., lo que se traduce en un incremento de 126,3%. Otra Provincia que aumentó es Valparaíso (7,2%) alcanzando 581 ha.

En el otro extremo están las provincias de Petorca y Marga-Marga.  La primera disminuyó sus plantaciones en un 30,5%, es decir 3.789 ha. menos desde el último catastro; y en la segunda el descenso fue de un 20,7%, equivalente a 392 ha.

MÉTODOS DE RIEGO

El estudio identificó los métodos de riego más utilizados en la región, siendo el goteo (52,9%), la micro aspersión (26,3%) y el surco (13.7%) los más utilizados.

A pesar de esto, tanto el método de micro aspersión como del surco registran un retroceso de superficie, de 2.334 ha (15,9%) y 2.203 ha. (25.5%), respectivamente. Sólo aumentó el método de aspersión, alcanzando en la actualidad 2.182 ha, lo que representa un incremento de un 502%.

A esta entrega de resultados del Catastro Región de Valparaíso asistieron autoridades regionales, representantes de Asoex y Fedefruta, Prodesales, organizaciones campesinas, productores agrícolas, entre otras entidades relacionadas al agro.

Rodrigo Cazanga Solar, ingeniero agrónomo del Centro de Información de Recursos Naturales, señaló que: “La llegada del fenómeno del niño no afectará la producción de arándanos en el Maule, si se toman los resguardos necesarios”. 

El ingeniero agrónomo del Centro de Información de Recursos Naturales, Rodrigo Cazanga Solar, dictó una charla este viernes en Talca, en la que se centró en los efectos del clima en estos frutales.

Aunque no es muy reconocido en Chile, el arándano es uno de los frutales que más se exporta. Norteamericanos y europeos disfrutan diariamente de esta especie, generando ganancias para el país por más de 400 millones de dólares.

Organismos internacionales definen al arándano como un frutal libre de
grasas y sodio, libre de colesterol, rico en fibras, refrescante, tónico,
 astringente,
diurético y
poseedor de vitamina C.

Una de las zonas más aptas para la producción de esta verdadera “joya de la fruticultura” es la Región del Maule. Es aquí precisamente donde el doctor e ingeniero agrónomo de CIREN, Rodrigo Cazanga Solar, dictó una charla denominada “Clima y producción de arándanos en la Región del Maule”.

La exposición, que se enmarcó dentro de los 50 años de la Feria Internacional del Maule, FITAL, tuvo por objetivo explicar los efectos del clima en este frutal, sobre todo tras el anuncio de la Dirección Meteorológica de Chile de que este año existen grandes probabilidades de que se presente el “Fenómeno del Niño”.

“En Chile, hay producción de arándanos desde Región Coquimbo hasta la Región de Los Ríos, siendo la Región del Maule la zona donde alcanzan, por razones de clima, la más alta producción”, sin embargo, se deben tomar medidas de manejo, para mitigar el efecto de lluvias tardías, aseveró el experto de CIREN, Rodrigo Cazanga.

El profesional del Ministerio de Agricultura reveló que la Provincia de Linares, por sus condiciones climáticas, es las que genera las mejores condiciones para la producción de esta especie.

El ingeniero agrónomo de CIREN, también adelantó los efectos en los arándanos en el caso de que se hiciera presente “Fenómeno del Niño” en el Maule: “Si viene en los meses de invierno, el fenómeno no afectaría en nada a la producción de arándanos ya que en la Región del Maule hay una disposición normal a la lluvia. En caso que el “niño” llegue de forma retrasada y se diera en primavera , ahí sí podría presentar dificultades para la producción”.

En este caso, el doctor en ecofisiología recomendó: “En algunas partes del mundo, se usan túneles de plástico para que las condiciones climáticas no afecten a los arándanos. En muchas partes, el túnel de plástico revolucionó el cultivo de Berries, aportándoles más valor con un sistema que permite cosechar hasta en los días lluviosos; eso sí, el costo para su implementación es caro”.