AgroFresh finaliza la adquisición de Tessara, ampliando su cartera de soluciones postcosecha
La adquisición supone la expansión de las soluciones pioneras de AgroFresh para uva de mesa y arándanos.
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Después del agua, el nitrógeno es el principal macronutriente para las plantas y cumple tareas fundamentales en su proceso biológico. Los ácidos, las proteínas, y enzimas que son esenciales tienen nitrógeno dentro de su composición, siendo parte fundamental de éstas. Dada su relevancia, se ha convertido en el fertilizante más utilizado en la agricultura mundial. […]
Después del agua, el nitrógeno es el principal macronutriente para las plantas y cumple tareas fundamentales en su proceso biológico. Los ácidos, las proteínas, y enzimas que son esenciales tienen nitrógeno dentro de su composición, siendo parte fundamental de éstas. Dada su relevancia, se ha convertido en el fertilizante más utilizado en la agricultura mundial.
Sin embargo, existen varios desafíos importantes respecto a su uso. Uno de ellos es la capacidad de suministrarlo a la planta de forma sostenible sin causar un impacto ambiental, así lo señala Mike Aguilar, Technical Manager de Symborg en Latinoamérica. “El nitrógeno tiene muchos desafíos ambientales que debemos subsidiar todavía”, explica. Cerca de un 2% de la energía mundial se destina a la producción de fertilizantes nitrogenados, y esto representa un 3% de todo el CO2 que se produce en el mundo. Los fertilizantes químicos utilizados actualmente en la agricultura generan gases contaminantes, como el óxido nitroso (N2O), principal gas de efecto invernadero y 300 veces más contaminante del CO2.
Otro desafío que ocupa los esfuerzos de investigación implica mejorar la eficiencia y facilitar el suministro de nitrógeno a la planta, ya que si bien es uno de los elementos más abundantes en la Tierra, paradójicamente en la agricultura es muy escaso, pues no puede ser usado por las plantas de forma directa, sino que tiene que ser reducido de alguna manera para poder ser asimilado por estas.
En este contexto desde Symborg lanzaron BlueN, un biofertilizante desarrollado a partir de una bacteria fotosintética llamada Methylobacterium symbioticum, a islada y caracterizada por Symborg, debido a su elevada capacidad de fijación de nitrógeno atmosférico. Esta bacteria tiene la habilidad de convertir el nitrógeno atmosférico, presente en formato N2, en amonio (NH4) para la planta, a través de un proceso regido por la enzima nitrogenasa, que hace el grueso del trabajo, que se denomina complejo nitrogenasa.
Methylobacterium symbioticum es un endófito foliar capaz de colonizar los tejidos vegetales; sin embargo, es en la hoja donde mejor se desarrolla su actividad. La bacteria logra penetrar por los estomas de las hojas, se establece en el interior de las células, especialmente en la zona del citoplasma que están más próximas al núcleo y al cloroplasto. Las células constituyen su hábitat preferentemente porque es ahí donde encuentran las mayores cantidades de hierro y de molibdeno, que son dos de los elementos que necesitará para que llevar a cabo el proceso de reducción de nitrógeno atmosférico, explica el experto.
De acuerdo con Aguilar, BlueN destaca de los otros biofertilizantes porque aporta nitrógeno de forma efectiva y sostenible durante todo el ciclo del cultivo, sin que esto tenga una repercusión negativa en el medio ambiente como sucede con los fertilizantes nitrogenados químicos, logrando así una agricultura más sostenible en el tiempo.
Al incorporar dentro de nuestro manejo agrícola el uso de BlueN y optimizar el uso de nitrógeno, también se logra evitar la degradación química de los suelos. Este fenómeno sucede principalmente por el exceso de sales o de algún nutriente en exceso en el suelo, evitando que el suelo pueda mantener su productividad de forma sostenible.
Como fijador de nitrógeno, BlueN se ha desarrollado en frutales, cultivos hortícolas, y cereales, logrando aportar buena parte del nitrógeno que el cultivo necesita, por lo que al mismo tiempo ayuda a que el agricultor pueda optimizar su plan de fertilización del cultivo. la fertilización convencional.
En Chile se han realizado varios trabajos tanto en frutales como cultivos. Se ha trabajado principalmente en las praderas de la zona sur del país, donde el aporte de nitrógeno es muy ineficiente debido a la lixiviación causada por las lluvias, explica Gala García, General Manager de Symborg en Latinoamérica.
“Las diferencias que hemos visto a nivel de aporte de nitrógeno en praderas han sido muy reseñable. En aquellas praderas donde se ha aplicado BlueN, se ve un mejor crecimiento, mejora de la palatabilidad del pasto para el ganado e incluso mejores desarrollos a nivel vegetativo”, señala García.
Néstor Acuña, asesor técnico, señala que la incorporación de BlueN a la estrategia de fertilización nitrogenada ha conseguido aportar cerca de 100 unidades de nitrógeno en aplicaciones realizadas en campos de 2.000 a 3.000 ha de pradera para lechería. En otros cultivos también han conseguido incrementar la cantidad de nitrógeno fijado de forma biológica, trabajando con la misma estrategia de hacer una fertilización balanceada y con altos aportes de azufre. “En maíces de la zona central hemos conseguido aportar con este manejo cerca de 100-150 unidades de nitrógeno’’, explica.
En Agrícola y Forestal Las Astas, probaron BlueN tanto por el cuidado al medio ambiente, como por el tema logístico, cuenta Cristian Sepúlveda, Ingeniero Agrónomo de Las Astas. Debido a la pandemia, el tema logístico fue preocupante para el abastecimiento de productos químicos, herbicidas y fertilizantes. En ese sentido BlueN es una solución eficiente pues con un bajo volumen en bodega puede cubrir las necesidades de los cultivos y, además, de manera sustentable. En el estudio realizado en trigo pantera, se obtuvieron seis quintales más que en el testigo, con la misma cantidad de gluten y peso específico.
En la agropecuaria Leche del Bío Bío en la VIII Región, cuentan con campo de maíz y pradera, principalmente ballica. Decidieron probar BlueN principalmente por el tipo de suelo y por la estrategia de fertilización, explica Marcelo Carrasco, Ingeniero Agrónomo y administrador general de la agropecuaria. “BlueN nos permite fertilizar por la hoja compensando las pérdidas de nitrógeno que se producen en terrenos tan arenosos como los que tenemos en esta región”, explica. Su principal problemática es reducir la cantidad de nitrógeno que estamos aplicando, ser más eficientes, y obtener más toneladas de materia seca en el cultivo. “Visualmente se nota la diferencia y en toneladas de materia seca hemos alcanzado hasta dos toneladas adicionales”, cuenta.
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Robert Edition
6 minutes ago