Importancia de prevenir el estrés térmico del cerezo
La importancia de prevenir el estrés térmico del cerezo. Experiencias referenciales en el uso de equipos de medición
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No vuela una mosca dentro del galpón de gallinas de huevos La Castellana. Literal, ni una sola mosca y no porque no haya ruido, las gallinas cacarean, ponen sus huevos, se mueven libres, aletean y saltan en todo el espacio que les da el sistema bajo el cual han sido criadas. La razón es otra: […]
No vuela una mosca dentro del galpón de gallinas de huevos La Castellana. Literal, ni una sola mosca y no porque no haya ruido, las gallinas cacarean, ponen sus huevos, se mueven libres, aletean y saltan en todo el espacio que les da el sistema bajo el cual han sido criadas. La razón es otra: el guano que excretan se recoge a diario en el sistema que Antonia Reyes ha impulsado dentro de la avícola Coliumo, propiedad de su padre, Felipe Reyes Corvalán.
El campo donde está gran parte de las aves de Huevos Coliumo y la línea de gallinas libres La Castellana está ubicado unos 30 kilómetros hacia la costa en la comuna de San Carlos, en la Región de Ñuble. Ahí Felipe Reyes Corvalán (55 años), agricultor por oficio y pasión, cultiva 850 de las 1.200 hectáreas del Fundo El Porvenir. Su cultivo estrella es el maíz, donde saca rindes promedio de 183 quintales por hectárea, con un récord de 232 quintales en algunos potreros. Todo un logro, considerando que la zona tiene suelos arcillosos, que retienen mucha humedad.
Su receta es simple, usar los ingredientes precisos en el momento oportuno, asegura Felipe. Ellos incorporan todo el rastrojo, trabajan el suelo con la profundidad necesaria e incorporan a diario el guano de las aves, lo que según dicen es el secreto del buen rendimiento y del buen manejo de olores que posee la avícola. El guano se retira a diario de los pabellones y se reintegra al suelo como aporte de materia orgánica, pero además para evitar la emisión de gases.
Las bondades del sistema de incorporación diaria de guano y del rastrojo los ha llevado también a dar un paso importante en materia de sustentabilidad, midiendo su huella de carbono. Así pudieron comprobar que emiten un 75% menos de gases de efecto invernadero comparados con la producción de huevo a nivel mundial y son la primera empresa de alimentos de origen animal del país en unirse a la iniciativa de Science Based Target, adquiriendo un exigente compromiso de reducción de emisiones.
Avícola Coliumo es una empresa donde trabaja gente joven, y la planta gerencial está integrada mayoritariamente por mujeres, donde Antonia, la menor de las tres hijas de Felipe, es gerente general trainee. Desde ahí ha impulsado, por un lado, el tema sistema de gallinas libres como un complemento al sistema tradicional, además de todo lo relacionado a la protección del medio ambiente, la economía circular, la relación con la comunidad y el bienestar animal. Antonia estudió veterinaria y eso le permitió compatibilizar su amor por los animales con los negocios sustentables, cuenta su padre.
Ella es la tercera generación de la familia Reyes que trabaja en Huevos Coliumo. La historia se remonta al padre de Felipe, Patricio Reyes Bolton, que era avicultor en la Quinta Región, cerca de San Antonio. “Ahí viví toda mi vida, nací con las gallinas, y aunque mi papá tenía aves en menor cantidad, conocí el negocio avícola desde siempre”, relata Felipe. Luego el año 79 compró el campo que actualmente tienen en Coliumo, en la costa de Concepción, donde funciona parte de la avícola y la crianza de Angus, otros de los negocios que actualmente manejan.
El campo tenía instalaciones de los antiguos dueños que su papá aprovechó y fue ahí donde comenzó la carrera de Felipe. Llegó a trabajar a ese lugar el año 83, “cuando vimos que era necesario hacer cambios, porque él ya no estaba interesado en crecer en el negocio y yo vi la posibilidad de mejorar el sistema. Entonces empezamos en Coliumo, el campo base, de donde toma el nombre de la avícola”. Lo primero que hizo fue mejorar las instalaciones a través de un apoyo bancario, y así pasó de 5.000 gallinas por galpón a 12.000, para optimizar sustancialmente la capacidad productiva. A comienzos de los 90 surgió la posibilidad de comprar 190 hectáreas en San Carlos, lo que facilitó integrar la producción agrícola al negocio de los huevos. Creció paso a paso y en el 97 decidió comenzar con las gallinas en El Porvenir.
Si tuviera que describir en dos conceptos el sello de cada generación, Felipe elige “visión y esfuerzo” para su padre; “perseverancia y pasión por el suelo” para él; “vanguardia y bienestar animal” para su hija Antonia. Y al conocerlos queda claro que están bien elegidos.
Esas 190 hectáreas iniciales de San Carlos se convirtieron en una superficie de 1.200 hectáreas, donde opera la planta principal de la avícola, además de cultivos. En tanto en Coliumo siguen al menos unas 80.000 aves con su respectivo packing, lo que según Felipe “nos permitió mantener con nosotros a gente que trabaja desde el año 1979”.
Fue en El Porvenir donde pudieron generar ese círculo virtuoso que les ha permitido crecer de manera exponencial. Ahí se produce el maíz que es la base de la alimentación de las gallinas ponedoras, cuyo guano es incorporado a diario al suelo donde se obtienen altos rindes de maíz y una economía importante en fertilizantes.
Ahí se manejan tres cultivos sencillos y totalmente mecanizados: maíz, trigo y praderas, los cuales demandan poca mano de obra, sin perjuicio que en la avícola trabajan un total de 200 personas.
Los suelos no son fáciles, pero dado que el maíz es un cultivo primaveral se facilita su manejo, ya que en octubre, cuando se siembra, no hay exceso de humedad. “Lo que hacemos es profundizar bien las labores. Son suelos muy fértiles gracias a la inclusión del guano de ave y la incorporación de rastrojo, lo que se transforma en una bomba de nutrientes”.
Si bien el maíz es prioritario, y tiene la ventaja de comportarse bien como monocultivo, de un tiempo a esta parte se ha incorporado con fuerza un nuevo grano: el trigo. “Estamos viviendo un problema grave en el país, que es la falta de agua, entonces en ese sentido el trigo es un cultivo más amigable y con el manejo que hacemos está respondiendo muy bien, con rendimientos por sobre los 100 quintales la hectárea. Hemos llegado incluso a 106, pero el promedio es de 82 quintales en una superficie de 350 hectáreas”.
Las decisiones de las rotaciones pasan por la cantidad de lluvia caída en el invierno. Si es abundante la prioridad la tiene el maíz, “pero demanda agua hasta marzo y acá comienza a ser escasa desde el 15 de enero, donde disminuye la disponibilidad a menos de la mitad”. Por eso el trigo ha ganado terreno en El Porvenir y con justa razón. Así, entre uno y otro se reparten 850 hectáreas.
La tercera siembra que manejan son las praderas suplementarias, porque tienen ganado Angus puro por pedigree. Gran parte de esta crianza se vende para producción de carne y un porcentaje menor para genética. “El año que hacemos trigo sembramos en invierno y lo cosechamos en enero, en marzo sembramos la pradera para hacer pastoreo y posteriormente bolos para silos. En septiembre comenzamos con el maíz, y entonces ahí tenemos tres cultivos y el suelo siempre ocupado”, explica Felipe y refuerza que en promedio son 2,5 cultivos por año.
Las gallinas de Avícola Coliumo se alimentan mayoritariamente de la comida hecha en casa, del total de maíz de su dieta, un 80% es producido en los potreros de El Porvenir. Su dieta es un concentrado con aportes de un 20% de proteína vegetales como soya o raps, entre otros, y unas 3.000 kilocalorías que se obtienen de una mezcla que incluye un 60% de maíz.
La avícola tiene dos sistemas de producción de huevos. Por un lado, Huevos Coliumo con el sistema tradicional premium y, por otro, huevos La Castellana, de gallinas libres, que representan un 15% de las aves de la empresa. Ambos sistemas tienen una producción bastante pareja, con un promedio de 84% de postura a nivel plantel; no obstante, las gallinas libres consumen unos 20 gramos más de alimento por ave, debido a que tienen más actividad.
La principal impulsora de este proyecto es Antonia Reyes, quien se interesó por investigar el bienestar animal y viajó a diferentes granjas de Estados Unidos y Europa para ver cuál era el mejor modelo para este sistema de manejo de aves. Finalmente, el 2018 salieron al mercado con un sistema donde la gallina está dentro de un aviario en el que las aves pueden expresar su comportamiento natural y vivir en las mejores condiciones sanitarias y ambientales, con un ambiente controlado que no las expone a enfermedades ni a depredadores.
Fueron los primeros en Sudamérica en producción de gallinas libres con este sistema de aviarios que incluye una criadora especializada que enseña a las aves, desde el primer día, a utilizar los distintos espacios: sector para el alimento, nidales para postura, otro para dejar el guano que es retirado a diario y el resto para sociabilizar entre ellas.
De un tiempo a esta parte, las noticias con respecto al calentamiento global han copado los medios y nadie está ajeno al tema. Uno más, otros menos, pero a todos nos interesa saber cómo aportar para mitigar los efectos que ha causado la acción humana en el planeta.
En Avícola Coliumo se lo tomaron en serio. Y desde la gerencia se embarcaron en una asesoría que les ha permitido medir y mitigar los efectos de su proceso productivo en el medio ambiente, potenciar el bienestar animal y mantener la buena relación que llevan con la comunidad. Ahí fueron Antonia junto a María Jesús Errázuriz, gerente comercial y de desarrollo, quienes decidieron contratar una asesoría externa que guiara el camino para avanzar a la sustentabilidad de la mano de la rentabilidad. Así se sumó en este desafío José Tomás Avilés, ingeniero agrónomo, que ha sido un gran aporte con su asesoría desde la empresa Vestigium Advisor.
María Jesús Errázuriz reconoce que el tema tiene sus complejidades iniciales, porque “a la vieja escuela le cuesta meter la mano en el bolsillo cuando no ve resultado que se traducen en rentabilidad”. Pero asegura que en Coliumo la sustentabilidad ha tomado un rumbo exitoso por la convicción de Felipe, como gerente general, y eso ha sido clave. “Yo tengo el desafío de que cada acción sostenible que hagamos, sea lo más rentable posible y viable económicamente y ahí uno empieza a estudiar las alternativas para lograr el equilibrio y nos hemos dado cuenta de que en la medida que producimos sustentablemente también estamos optimizando los costos”.
José Tomás Avilés refuerza que con esa inquietud de querer hacer las cosas bien e ir más allá, Avícola Coliumo comenzó a generar una serie de hitos que la han llevado a ser la primera empresa de alimentos de origen animal del país en certificar con empresas internacionales sus compromisos sostenibles: la empresa se comprometió con la iniciativa Net Zero y son miembros de la campaña Business Ambition 1,5°C. El primer paso fue medir la huella de carbono y constatar, a través de una empresa certificadora internacional, que tenían una huella baja en comparación a los que describía la literatura internacional, porque en Chile no había precedentes en mediciones de empresas agropecuarias de producción animal.
El segundo gran hito, agrega José Tomás, fue obtener el certificado de Huella Chile, los primeros dentro del rubro de producción animal a nivel nacional en recibir este reconocimiento del Ministerio de Medio Ambiente. Así avanzaron desde el año 2017 al 2021: certificaron internacionalmente la medición de la huella de carbono y las reducciones de emisión con Aenor, empresa española, una de las más reconocidas a nivel internacional en la verificación de la emisión de gases y, después, fueron la primera empresa de Chile en asumir un compromiso de reducción de huella en un 50% al 2030, a través de la iniciativa de Science Based Target.
¿Cuáles son las gestiones que le han permitido a Avícola Coliumo tener estos reconocimientos?
Primero, usar la menor cantidad posible de combustibles fósiles, para lo cual instalaron una planta fotovoltaica que hoy abastece un 100% a la producción de huevos La Castellana y queda un excedente para utilizarlos en Huevos Coliumo.
Segundo, la eficiencia en el trabajo agrícola con tecnología de punta que permite que el consumo en combustible sea menor y todo lo que es la agricultura de precisión, señala Felipe Reyes, “es un aporte porque la maquinaria automatizada permite un trabajo preciso, sin traslape en las aplicaciones”.
Tercero, las incorporaciones diarias del guano a los potreros, sumado a la incorporación de rastrojo en todos los cultivos del Fundo El Porvenir. Además, al incorporar el guano y el rastrojo se captura carbono y se evita la emisión de gases al acumular el guano de ave, a esto se suma que la avícola ha reducido considerablemente la aplicación de fertilizantes, llegando a cero el uso de fertilizantes fosfatados y potásicos en el maíz y trigo. En este punto, José Tomás Avilés enfatiza que el menor uso de fertilizantes sintético es una medida sustentable doblemente valorada, porque la producción de esos elementos tiene un ciclo de vida con mucha huella de carbono y mientras menos comprometido con el medio ambiente sea el país de origen, mayor efecto en el cambio climático deja su uso.
Ahora el gran desafío que tienen en Coliumo con la sustentabilidad es “cómo traspasamos ese esfuerzo que hacemos en la medición al consumidor final, a toda esa gente que está preocupada por el medio ambiente, cómo llegamos a ellos y les decimos que tenemos un producto mucho más sostenible, que los prueben”, acota Felipe y cree que en Chile aún el consumidor masivo no valora este tema, a diferencia de las grandes empresas de las cuales son proveedores. María Jesús explica que no es fácil en unos pocos centímetros cuadros que tiene una caja de huevo, poder comunicar todas las características del huevo y además el esfuerzo que la empresa hace por el medio ambiente y el bienestar animal.
Una arista que también considera el Acuerdo de Producción Limpia es el relacionamiento con la comunidad, y “en este tema fuimos más allá”, asegura María Jesús: “contratamos a la Fundación Simón de Cirene que hizo un estudio, reuniones grupales con los vecinos para hacer un levantamiento de las necesidades de la comunidad y surgieron muchas ideas que estamos trabajando”. Una de esas fue un punto de reciclaje que pusieron a disposición de los vecinos en el Fundo El Porvenir y en la localidad de Coliumo y que ha sido muy utilizado, pero lo cierto es que la relación que tenía Avícola Colimo con la comunidad siempre ha sido buena, y una de las grandes bondades de la incorporación del guano diario es esa, que no hay olores ni vectores porque no hay acumulación de guano.
Felipe Reyes tiene trayectoria en el gremio, representa a la Región de Ñuble y Biobío en Chile Huevos, asociación gremial de la cual actualmente es director y como tal maneja una visión integral del negocio. Tiene una opinión clara respecto a las ventajas de estar ubicados en una Región como Ñuble, “una región agrícola donde se puede producir todo tipo de alimentos, con un potencial tremendo”, pero advierte sobre el problema que visualiza desde hace un tiempo: “no se está cuidando el patrimonio de nuestro suelo, se venden muchas parcelas de agrado y estamos perdiendo terreno que es potencialmente productor de alimentos”.
El modelo ha sido exitoso, qué duda cabe, pero como toda empresa están inserta dentro de un contexto que Felipe sabe leer muy bien. Así revela que “el año 2021 – 2022 ha sido uno de los años más complejos que ha tenido la avícola en la historia”. Las causas son bien claras, agrega, “el negocio venía bueno, por lo cual mucha gente entró y se produjo una sobreproducción, bajaron los precios por la oferta y demanda, y sumado a esto llegó el problema nacional, se infló el dólar con todos los factores que sabemos, retiros, etc. Y a ese escenario se agregó también los precios históricos a nivel mundial de las materias primas como el maíz, el trigo y la soya, que están fuertemente demandados por Estados Unidos y China por bajo stock”.
A eso se suma el conflicto con Ucrania, lo que terminó por alzar el precio del trigo y con eso arrastrar también a los diferentes granos, por lo que los costos del negocio siguen en aumento. Hace ya un par de semanas, señala Felipe Reyes, el precio del huevo ha mejorado, pero esto obedece más que nada a que a nivel nacional muchas empresas dejaron de producir, incluso algunas avícolas cerraron por la baja rentabilidad, entonces eso elevó el precio del huevo, pero aún los costos de alimentación de las aves son elevados por lo que los márgenes siguen estrechos.
El llamado que hace Felipe Reyes es a sumarse a la sustentabilidad porque es posible equilibrar rentabilidad con una producción más limpia y para ello es clave integrar a las nuevas generaciones: son ellos los que vienen con la innovación y vanguardia que toda empresa debe integrar a su gestión para adaptarse a los nuevos desafíos mundiales.
En Vestigium Advisor se trabaja en la medición, reporte y verificación con datos de fuente primaria y aterrizados al proceso productivo. Tras identificar los puntos críticos, elaboran proyectos orientados a la reducción de costos e impactos ambientales asociados. Por la metodología de trabajo que se utiliza, es posible compararse con cualquier otra huella de carbono de producto o corporativa, bajo distintas normas.
Según cuenta José Tomás Avilés, Gerente Vestigium Advisor, “están orgullosos de colaborar con Avícola Coliumo en participar de iniciativas nacionales e internacional como Huella Chile y Science Based Target, donde las claves del éxito han sido la fuerte convicción de Coliumo por una producción sostenible y nuestro profundo conocimiento en el tema, lo que permite que la experiencia de cálculo de huella de carbono para el cliente sea fácil, expedita y aterrizada a la realidad de cada uno”.
Para los productores agrícolas, indica Avilés, los requerimientos de sostenibilidad tanto del mercado como del Ministerio de Medioambiente pueden ser un problema por el nivel de tecnicismo que requieren. “Nuestra asesoría busca dar una solución íntegra a esto. Tenemos la convicción y el know-how para posicionar a las empresas y productos agropecuarios de Chile como líderes en cambio climático, demostrando tener la huella de carbono más baja del mercado”.
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Robert Edition
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