La alimentación tradicional en la engorda invernal estabulada del ganado bovino de carne en Chile contempla el uso de forraje conservado y una suplementación con granos y subproductos, con el fin de aportar los nutrientes necesarios para una respuesta productiva y económica. El aumento de los costos de las materias primas para alimentación de ganado y producción pecuaria hacen necesaria la evaluación permanente de alternativas para poder seguir con el desarrollo de esta actividad. En la actualidad se dispone de información de la cantidad adecuada y forma de inclusión en las dietas de engorda de prácticamente todos los cereales de grano pequeño y lupinos que se cultivan en el sur del país.

Entre los granos utilizados destacan la avena y el lupino dulce que tradicionalmente han sido utilizados en la engorda de vacunos, entregándose al ganado como grano molido o entero y en mezcla con el forraje conservado. Se debe considerar que el grano de lupino a usar en las raciones debe ser dulce, debido a que esta especie tiende naturalmente a acumular un mayor contenido de alcaloides en el grano que lo hacen amargo y es rechazado por el ganado. El grano dulce posee un contenido inferior a 0,05% de alcaloides y proviene de cultivos cuya semilla genética se ha renovado cada dos años.

Desde el punto de vista de la rotación, tanto el grano de avena como el lupino pueden formar parte antecediendo al trigo, ya que, en el caso de la avena, su inclusión contribuye al manejo del cultivo siguiente y a cortar ciclos de enfermedades fungosas para el cereal. El lupino, en tanto, por tratarse de una leguminosa, ayuda a la fijación de nitrógeno atmosférico, permitiendo así un mejor aporte nutricional del suelo de este elemento al cereal que lo sigue en el plan de manejo de la rotación.

El lupino aporta un alto balance proteico y energético, cuyo destino lo hace también atractivo para ser considerado en la dieta de salmones. Dietas cuyo alimento base es el forraje conservado tendrán un excelente complemento ya sea con la avena, el lupino o ambos en mezcla. En la alimentación de bovinos normalmente estos granos se emplean molidos o roleados con el objetivo de aumentar la disponibilidad del almidón y la proteína del grano además de permitir una mejor exposición del material a la acción microbiana del rumen. También la industria normalmente muele estos granos como una forma de facilitar su mezcla, la inclusión de alimentos fibrosos y aditivos, y posterior peletización.

Pese a los beneficios de la molienda del grano, también tiene asociadas algunas desventajas. Al usar grano molido en rumiantes, su rápida digestión a nivel ruminal puede afectar negativamente la salud del animal al provocar acidosis subclínicas y clínicas, especialmente al aumentar su proporción respecto de los forrajes conservados y con ello provocar la reducción de la digestión de fibra en el rumen y disminuir el consumo. Por otro lado, la molienda en la actualidad implica un costo adicional, lo cual, incide directamente en el costo directo de producción.

En lupino blanco (Lupinus albus L.) y australiano (Lupinus angustifolius L.) diversos estudios señalan que la molienda del grano no se traduce en ventajas productivas en los animales que lo consumen. Por el contrario, estudios de INIA indican mayores incrementos de peso con novillos A. Angus de 18 meses que consumieron raciones con grano de lupino blanco entero en comparación a aquellos que lo consumían aplastado o molido. En avena (avena sativa L.) diversos estudios señalan resultados similares concluyendo que el procesamiento de este grano no se justificaría en la alimentación de terneros y en dietas de engorda de vaquillas y novillos menores a 20 meses de edad. Estos resultados se explicarían como consecuencia de la masticación de los bovinos que permite dañar los granos enteros siendo este proceso más marcado en animales jóvenes que consumen raciones con adecuados niveles de fibra larga, a diferencia de lo que ocurre en vacas que mastican y rumian menos, necesitando los granos procesados. En el Cuadro 1 se presenta una de estas experiencias realizadas con vaquillas.

Los niveles de inclusión de grano de avena y lupino dulce en dietas de engorda de ganado probados indican que en el caso de la avena se puede usar hasta en un 40% del total del consumo de la materia seca diario, mientras que en el caso del lupino, los niveles óptimos para le engorda de novillos se determinaron hasta un 30% del total del alimento, expresado en materia seca.