Entre algodones
Consideraciones y tecnologías para reducir los machucones en manzanas, desde el huerto a la línea de embalaje.
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La gestión sanitaria para enfermedades endémicas en Chile requiere mayor prioridad y participación privada. Hoy en Chile existen cerca de cuatro millones de bovinos y cuatro millones de ovinos, distribuidos a lo largo de todo el país en sistemas de producción de diverso tamaño y características tecnológicas, principalmente en la zona sur y austral. Son […]
La gestión sanitaria para enfermedades endémicas en Chile requiere mayor prioridad y participación privada.
Hoy en Chile existen cerca de cuatro millones de bovinos y cuatro millones de ovinos, distribuidos a lo largo de todo el país en sistemas de producción de diverso tamaño y características tecnológicas, principalmente en la zona sur y austral. Son parte de cadenas de producción y comercialización también diversas, incluso exportación de productos como lácteos, cárnicos, y sub-productos alimenticios y no alimenticios a varios países del mundo.
Las infecciones y las enfermedades en los sistemas productivos pueden generar impactos negativos en el sistema y afectar el resultado productivo, económico y comercial. En la práctica, estas no dejan que se expresen productivamente y a veces que no alcance determinados mercados o precios. Por otra parte, aumentan los costos por las medidas de prevención y control. En definitiva, las enfermedades afectan el resultado económico y comercial de los sistemas de producción animal.
El impacto de las enfermedades toma mayor relevancia cuando los márgenes de la producción son deficientes. En la actualidad, por ejemplo, la actividad pecuaria compite con el alto valor de la tierra, bajos precios de productos y la competencia con productos importados. La sanidad no es el componente más importante en el resultado económico global de un sistema productivo, pero puede hacer la diferencia en la rentabilidad final de un negocio de estrechos márgenes.
Temas vinculados a la gestión sanitaria, adquieren crecientemente mayor importancia en el resultado del negocio. A las enfermedades per se, se suman otros aspectos relacionados que lo hacen un asunto más complejo. Hoy se espera que la producción no genere sufrimiento a los animales, o que no afecte su bienestar. Por otra parte, se busca que el control de las enfermedades no afecte la salud de las personas ni el medio ambiente, sea por la contaminación del alimento final con residuos, la generación de resistencia a los antibióticos por el uso inadecuado de los antibióticos o por las zoonosis que pueden afectar la salud de las personas que trabajan con los animales.
PRIORIDAD EN LAS ENFERMEDADES ENDÉMICAS
Chile es privilegiado, pues no existen varias de las más temidas enfermedades transfronterizas de alto impacto económico, como la fiebre aftosa. Es más, el país está disfrutando de los beneficios de esta condición sanitaria como mayores precios de los productos pecuarios por acceso a mejores mercados, como leche y carne. Por otra parte, no existen varias de las enfermedades trasmitidas por mosquitos y garrapatas, ya que el clima no permite que estos vectores existen en el país, por lo menos hasta el momento.
No obstante lo anterior, existen una serie de enfermedades animales endémicas para bovinos y ovinos que generan impactos productivos y económicos directos e indirectos que pueden afectar la rentabilidad del negocio pecuario, e incluso en algunas situaciones, el acceso a determinados mercados. A pesar de que la mayoría de ellas son de denuncia obligatoria al Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), su frecuencia y distribución no es bien conocida y posiblemente subestimada, y por lo tanto el real impacto que generan en el país también es desconocido. Lo que se sabe es que están presentes, que en algunos casos generan problemas mayores y que en otros países donde son medidas, su impacto ha sido evaluado como millonario.
A pesar que los ganaderos nacionales en su mayoría no conocen el estatus de estas enfermedades y su impacto económico, así como su consecuente nivel óptimo de control (no siempre es la erradicación), aplican algunas medidas generales y específicas para su prevención y control. Sin embargo para la gran mayoría de los productores, las medidas sanitarias para este grupo de enfermedades son más bien discretas o inexistentes. Dentro de esas medidas se encuentran algunas vacunas, aunque de aplicación y resultado muy variable. Por otra parte, medidas de manejo para la vigilancia o monitoreo de enfermedades, así como de bioseguridad presentan las mayores deficiencias, salvo excepciones. No existe en este sector el nivel de conciencia y manejos de bioseguridad (bio-exclusión y bio-contención) cercano a como ocurre en otros rubros más intensivos, como aves, cerdos y salmones.
La única excepción en la cual se conoce su situación y los ganaderos están tomando acciones es el control de brucelosis bovina (BB) y tuberculosis bovina (TBC). Es un programa oficial con alto respaldo y compromiso privado. Además de la convicción oficial desde hace muchos años, existen incentivos privados para que los productores hagan inversiones en programas de control.
Entonces, existe un enorme espacio de optimización de la gestión sanitaria y su consecuente aporte al resultado económico de la ganadería bovina y ovina. En este sentido, se presentan tres grupos de desafíos para la gestión sanitaria de estas enfermedades endémica. El primero es conocer mejor la situación sanitaria de estas enfermedades en el país y la estimación de sus impactos productivos y comerciales. En segundo lugar, establecer estrategias de control y erradicación cuando corresponda en forma sistemática, progresiva y en base al riesgo. Tercero, garantizar y certificar la condición sanitaria y con ello obtener valor económico de esta condición sanitaria.
MEJOR CONOCIMIENTO DE LA SITUACIÓN SANITARIA
El país requiere conocer la frecuencia y distribución de estas enfermedades a nivel nacional o las principales zonas ganaderas del país. Esto es alta importancia para el sector oficial y privado. Existen algunos esfuerzos y avances en las Regiones de Aysén, Magallanes y Los Ríos. Conocer la distribución y frecuencia, con algún detalle para diferentes sistemas productivos, puede ayudar a priorizar los esfuerzos de prevención y control a nivel global y las propias empresas. Esto se puede realizar en forma progresiva y con apoyo privado.
Un buen diseño para este esfuerzo es muy importante. Lo que no puede ocurrir es que con recursos públicos o privados se financien estudios aislados con metodologías no compatibles. El Censo Agropecuario próximo y la información disponible en el SAG va a ser un buen elemento para buenos marcos muestreales. El mismo criterio podría existir de aportes privados.
PILARES DE LA GESTIÓN SANITARIA
Los productores deberían tener una estrategia de prevención y control de las enfermedades endémicas, tal como lo hacen con otros componentes del sistema productivo como la alimentación. No debería ser bajo un formato único y rígido. Por el contrario debería ser armado para cada situación en particular. La gestión sanitaria debería contemplar los siguientes componentes para una o varias enfermedades:
La gestión de estos componentes técnicos debe ser de alto estándar. En primer lugar debe priorizarse sobre cuál o cuáles enfermedades se van a intervenir. Debe haber un objetivo para cada una de ellas y con las correspondientes metas establecidas para un determinado tiempo. Esto es una prevalencia determinada o idealmente su erradicación y posterior certificación de ese estatus. Si el estatus es libre, el objetivo deberá ser mantenerlo. Deberá haber una estrategia que considere los elementos presentados anteriormente para cada situación en particular.
La gestión sanitaria debería ser una preocupación fundamental de los dueños de los predios con una activa participación de su médico veterinario asesor, quienes deberán estar en pleno conocimiento de estas labores de control. Lo mismo, para el personal, además de la aplicación es fundamental la cultura de la bioseguridad.
Deberán existir procedimientos estandarizados, aunque sean simples, para facilitar la buena gestión.
Existen notables iniciativas en el país que pueden utilizarse como prerequisitos para gestión sanitaria de enfermedades endémicas. En primer lugar la trazabilidad obligatoria, en la cual se registra el establecimiento, la declaración de existencias y la identificación individual. Por otra parte, el sistema de alto estándar para el registro de medicamentos y alimentos, las buenas prácticas de uso de medicamentos, el reglamento de bienestar animal, el PABCO y toda la experiencia en control y certificación de establecimientos libres con BB y TBC, con la red de médicos veterinarios y laboratorios. Además la experiencia oficial en prevención y control de enfermedades.
MODELO DE GESTIÓN PRIVADA
La gestión sanitaria de enfermedades endémicas debe ser un trabajo privado con apoyo público, tal como es promovido por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE). De la misma manera, como lo ha hecho el programa de control y erradicación de BB y TBC en Chile. Cada productor es responsable de las acciones de control y erradicación, con el apoyo de una red de médicos veterinarios y laboratorios privados.
Sin embargo, debería ser diferente en cuanto a la definición de los estándares, los procedimientos, los objetivos, las metas, la estrategia, la gestión del programa, incluyendo la planificación, seguimiento y evaluación, así como financiamiento compartido. Todas estas acciones, que hoy son de responsabilidad pública, podrían fácilmente ser de responsabilidad privada. No hay razón de cargar al Estado con estas funciones cuando las podría hacer el sector privado en forma eficiente y eficaz.
Para este nuevo grupo de enfermedades endémicas, lo que parece interesante es que se pueden generar sistemas de colaboración pública-privada, en el cual los privados diseñen y gestionen estos programas de control y de erradicación con certificación del estatus sanitario para varias enfermedades diferentes a BB y TBC, tal como ocurre en varios países desarrollados en la actualidad.
Estos sistemas de gestión sanitaria privada podrían contar con un mecanismo de validación o reconocimiento oficial y de colaboración mutua para la generación de bienes públicos. El sector oficial podría además financiar o colaborar con programas enfocados a pequeños productores y otros grupos de interés.
Una tarea relevante es identificar los incentivos privados correspondientes para generar valor económico y comercial a la condición sanitaria que se puede obtener con estos sistemas. En esta perspectiva, debido a las nuevas exigencias regulatorias y exigencias de mercado, estos sistemas de gestión sanitaria púbico-privados, pueden integrar otros aspectos, relacionados directa e indirectamente a la gestión sanitaria, tales como el bienestar animal, la inocuidad alimentaria, el uso responsable de antibióticos, el control de zoonosis e incluso el cuidado del medio ambiente.
Finalmente, en paralelo a la generación de bienes privados, este sistema de control de enfermedades endémicas puede generar bienes públicos, tales como una red de inteligencia sanitaria mejorando los sistemas de vigilancia de enfermedades, prevenir el ingreso y diseminación de enfermedades exóticas si ocurriera su ingreso. A pesar de ser Chile una isla sanitaria bien resguardada por la naturaleza y el SAG, no pueden descartarse los mayores riesgos externos e internos a los que hoy está sometida la ganadería bovina y ovina.
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Robert Edition
6 minutes ago