Sequías más fuertes y de mayor duración e intensas lluvias y vientos son algunas de las anomalías climáticas que se han podido observar a nivel mundial como consecuencia del cambio climático, las que afectan a un 75% de los sectores de acuerdo a su sensibilidad al clima.

Precisamente para mitigar el impacto que pueden generar estos factores en los balances de las empresas es que surgen los seguros paramétricos.

Se trata de un seguro basado en un índice o parámetro meteorológico, como por ejemplo precipitación, temperatura, velocidad de viento o altura de olas, que se correlaciona con las pérdidas potenciales del cliente, para lo que realizan un análisis de hasta unos 20 años atrás usando datos históricos. Así lo explican desde la empresa AXA —compañía francesa que está introduciendo estos productos en Chile—, quienes destacan además que no implica los altos costos operativos de un seguro tradicional.

“No hay liquidación de siniestro, se activa o no se activa; entonces toda la parte de costo de administración de siniestro la recortas porque acordamos que debajo o encima de cierto nivel de índice vamos a pagar. También se quita la parte de distribución ya que se habla con un cliente y se distribuye el producto de manera más directa”, aclara Stephane Godier, gerente comercial de Axa en Chile.

Para el sector agrícola, una de las ventajas es que frente a eventos climáticos como una helada, permite calibrarlo de manera específica para cada tipo de producción y cada zona, lo que le entrega un carácter a medida. Así, a juicio de Godier, el productor compra y protege lo que teme, ni más ni menos. “Si se trata de un pequeño productor, que cuenta con una pequeña superficie, se va a ver dañado.

Por el contrario, si es un agricultor que cuenta con diversificación no le va a afectar tanto y no vamos a encontrar una correlación. Es ese factor de ajuste y diseño a medida que permite la eficiencia del producto”, indica.

Junto con tratarse de un seguro que entrega un pago al agricultor en caso de que el índice se gatille, la firma también dá recomendaciones sobre los momentos oportunos para realizar ciertas labores, como por ejemplo cuándo sembrar o aplicar un pesticida. Es algo que han realizado con cooperativas francesas, con las que han diseñado aplicaciones para el agricultor.

De esta manera, según consigna Madeleine Latapie, gerente de Marketing y Desarrollo de Axa Global Parametrics, pueden conocer dónde sembrar en función de las proyecciones climatológicas que manejan.

Potencial en Chile

Un enorme potencial es el que advierte en el mercado chileno Madeleine Latapie. Y es que se trata de un producto que no existe en el mercado, pero para el que éste se encuentra  perfectamente adaptado. “Existen enormes proyectos agrícolas y en energía renovable y además es un país que posee redes muy desarrolladas de datos meteorológicos que podemos usar y cruzar con nuestros datos. Estos dos factores quieren decir que hay mucho potencial”, sentencia la experta.

Godier destaca la velocidad del seguro paramétrico en el pago, con lo que el agricultor puede tener tiempo para volver a sembrar. “Hemos visto esto en el caso de la remolacha, que es muy sensible a la helada en fase muy temprana de crecimiento y si te vienen dos o tres días seguidos de helada, la planta se quema y se acabó la producción. Con ese producto, si tú has podido medir que efectivamente durante dos o tres días hubo heladas en esa zona, va el pago y el productor tiene el tiempo para, en cuestiones de días, sembrar de nuevo.

La velocidad, la dinámica, la reactividad del producto se acopla muy bien con la dinámica de producción agrícola y potencialmente podríamos proteger tanto la falta de rendimiento como los costos adicionales (por pesticidas o resiembra)”.

Si bien la idea es que cualquier tipo de productor pueda acceder, Latapie indica que en general funcionan con agregadores, es decir, cooperativas, empresas o bancos agrícolas. Así es que AXA se encuentra estudiando los canales de distribución del mercado local para utilizar los que existen y optimizar el producto. “Si vamos a crear nosotros un canal de distribución desde cero, nos va a costar mucho y el producto no va a estar tan adaptado. La clave ahí es ver qué canales existen y trabajar con ese cliente, para que pueda ir distribuyendo el producto a agricultores individuales”.