Hace algunas décadas estaban muy bien delimitadas las zonas dedicadas a los frutales, de aquellas dedicadas a los cultivos de hortalizas, arroz, etc. Hoy en día la tecnificación de los sistemas de riego y la buena preparación de los suelos hacen que los frutales puedan establecerse en varias zonas. El suelo muchas veces no es […]
En Chile existen diversos tipos de suelo. Podemos encontrar en un mismo campo desde suelos arenosos, pasando por francos, hasta encontrar suelo arcilloso y a veces algunos de ellos con serios problemas estructurales, con toscas en profundidades medias. Son todas situaciones que obligan a tener sistemas de riego adaptados a estas realidades y que funcionen en la práctica, entregando el recurso agua tal como es requerido por las raíces de las plantas.
En base a estos antecedentes es vital que antes de definir nuestro proyecto de riego conozcamos en detalle al suelo que nos enfrentamos. Hoy existen diferentes herramientas tecnológicas y varias empresas que nos pueden desarrollar un estudio muy afina – do del suelo, conociéndolo en su estructura física y definiendo sus características en detalle.
Con esta información ya podemos comenzar la sectorización, y así agrupar los sectores con similitudes en su estructura para luego entregar a la empresa de riego que estará a cargo del desarrollo del proyecto todos los antecedentes según nuestro estudio edafológico.
Los emisores escogidos tendrán directa relación con la especie a plantar, el tipo de suelo y su preparación. En el caso de los avellanos debemos cubrir el lugar donde se desarrollan las raíces, buscando raíces eficientes que logren una alta productividad de nuestro huerto. Para este caso lo indicado es pensar en dos líneas de goteros; la distancia y el caudal del emisor va a depender de las características físicas del suelo, ya que si nos enfrentamos a un suelo franco arenoso podemos pensar en goteros más juntos y de menos caudal y viceversa.
Esta diferenciación es principalmente debido a los bulbos que podemos formar en el suelo, dado que nuestro objetivo siempre será mojar de forma pareja todo el lugar donde se desarrollaran las raíces. Si es requerido hacer camellones por algún impedimento físico o presencia de napas superficiales, debemos procurar mojar de forma homogénea todo nuestro camellón, que es el lugar donde preparamos para el crecimiento de nuestras raíces. Los goteros pueden estar dispuestos por encima del suelo y ya tenemos tecnologías de riegos subterráneos que se están validando en nuestro país.
Pese a que un riego por goteo es mucho más eficiente, si la estructura del suelo así lo requiere un riego por microaspersión no debe ser descartado, por ejemplo ante un suelo arenoso y pedregoso.
La empresa escogida para el desarrollo de este sistema será la encargada de definir si se requieren goteros auto compensados o no, pero siempre es importante lograr una homogeneidad en nuestros cuarteles por sobre el 90%.
Ya teniendo nuestro sistema de riego definido, debemos procurar que entregue la necesidad que la planta requiere. Si hablamos de un huerto adulto de avellanos es importante saber que su requerimiento en toda la temporada será de 7.000 a 8.000 m3 /ha/temporada, distribuidos con un tiempo de riego determinado para cada etapa del cultivo, el cual se mantendrá estable hasta que el crecimiento radicular así lo amerite. Serán las frecuencias de riego las encargadas de entregar el agua en su justa medida, partiendo en primavera con frecuencias más largas, pasando en los meses de diciembre y enero con frecuencias muy seguidas y, al final de la temporada de riego, serán también bastante distanciadas, hasta llegar a detener el riego. Debe cuidarse siempre de no dar un estrés al huerto, ya que en ese momento el árbol está engordando y haciendo crecer los amentos que serán los responsables de la polinización.
Hoy contamos con herramientas tecnológicas como sensores de humedad que podemos disponer en nuestro suelo y así monitorear lo que pasa en nuestro perfil. Para su buen funcionamiento, estos sensores deben ser calibrados por nosotros y ahí fijar los parámetros indicados, por lo que las calicatas siguen siendo la herramienta indispensable para lograr empíricamente la definición de un buen tiempo y frecuencia de riego. La precipitación diaria del equipo debe estar muy relacionada con la zona donde nos encontremos. Lo importante es que nuestro riego sea capaz de cumplir con los requerimientos de la planta durante toda la temporada; hablar de 8,5 mm para la zona centro sur de Chile es lo indicado y para el sur depende de la zona, pero pensar en cubrir 6,5 mm de reposición diaria es lo correcto.
El riego no solo cumple la función de entregar agua en las diferentes etapas del cultivo, sino que también es el encargado de renovar el oxígeno al suelo y entregar los nutrientes cuando la planta los requiera. Por eso es importante disponer de un equipo de fertirriego que nos permita entregar dietas balanceadas durante los diferentes estados fenológicos del huerto, pudiendo inyectar la mezcla que nosotros definamos en el tiempo indicado, procurando dejar los nutrientes en el sector donde exista nuestra mayor cantidad de raicillas, las que se encargan de la absorción de los diferentes nutrientes.
Hoy en día el recurso hídrico se hace cada vez más escaso y las modernas técnicas de desarrollo de huertos frutales hacen que el suelo en muchas ocasiones no sean un impedimento. Por esto comenzamos a repartir nuestra agua en más superficie plantada, situación que nos obliga a ser más eficientes en la utilización del recurso y a tener tranques acumuladores asocia dos a las grandes plantaciones o disponer de pozos profundos para situaciones de emergencia como respaldo a nuestro riego.
Nacen nuevas técnicas, estrategias y desafíos que desarrollar, validar y utilizar en nuestros programas. Es así como ya se escucha sobre la utilización de polímeros para una mejor utilización del agua en el suelo, lo que permitiría ahorrar de un 30 a 45% de este recurso cada vez más escaso. Los surfactantes de riego también comienzan a tomar fuerza para lograr una mejor distribución del agua en el suelo. Son todas estas herramientas que se escuchan cada vez con más frecuencia y que comienzan a tomar fuerza en los diferentes huertos frutales.
Como conclusión podemos decir que, al hablar de riego, es importante primero que nuestro sistema esté acorde con la especie y zona, que nos permita realizar una adecuada entrega del agua y fertilizantes y nunca olvidar estar atentos a las nuevas herramientas tecnológicas que estén disponibles para el desarrollo de nuestros proyectos, así poder utilizar de mejor forma el agua, cumpliendo con los requerimientos de nuestros árboles, logrando cada temporada una mayor productividad de nuestros huertos de avellanos.
