Sebastián Ochoa, destacado asesor internacional especialista en arándanos, es el encargado del curso que se impartirá durante marzo y que entregará los temas claves para la industria.
Sebastián Ochoa, destacado asesor internacional especialista en arándanos, es el encargado del curso de arándanos, que en su primera clase contó con la asistencia de más de 500 personas de la industria del fruto azul de Chile, Perú, Colombia, México y Ecuador. “Vimos los impactos del cambio climático en la temporada pasada en Perú con el comportamiento que tuvo Venturia en variedades de programas genéticos nuevos, que tuvieron menos o ningún efecto. También son claves los manejos que realicemos para que las plantas enfrenten de mejor manera estas condiciones adversas y, por ende, tengamos una mejor producción”, indicó Ochoa .
El ingeniero agrónomo y máster en tecnología agrícola explicó que el arándano pertenece a una gran familia que es la Ericaceae y al género Vaccinium. A esta familia pertenecen especies ornamentales como las azaleas y el rododendro. Son árboles nativos de Norteamérica y Europa, y debido a que eran muy abundantes en forma silvestre, hasta 1960 no se hicieron esfuerzos por desarrollar nuevas variedades. A principios del siglo XX recién comenzaron los programas genéticos. “De las 30 especies que componen este género están Vaccinum corymbosum (arándanos altos) V. ashei Reade (ojo de conejo), V. macrocarpon Aiton (cranberry), V. vitis-idaea L. (Lingoberry) y V.myrtillus L (Bilberry), que tienen importancia comercial. “Nuestro enfoque para fruta de calidad son las variedades que integran Vaccinum corymbosum”, destacó.
Según el experto, los miembros de la familia Ericaceae toleran suelos ácidos para su óptimo desarrollo, lo que les permite una relación simbiótica con hongos micorrícicos. “Esta relación permite a las plantas habitar suelos pobres en nutrientes que se encuentran en las zonas más secas de los pantanos, donde otras plantas no pueden sobrevivir. Los hongos micorrícicos, con los cuales la especie está relacionada, pertenecen a las micorrizas ericoides, que constituyen una categoría especial tanto desde el punto de vista funcional como morfológico ya que intervienen en el metabolismo del nitrógeno y no solamente en el fósforo, como ocurre en la mayoría de las micorrizas”, indicó.
Tipo de arándanos altos
Los arándanos que se cultivan son tres: arándano alto (High bush), Vaccinum corymbosum; arándano ojo de conejo (Rabit Eye) V.asheí y arándanos bajo (Low bush), V.augustifolium.
Dentro del arándano alto hay, a su vez, tres tipos: del sur de EEUU (southern), que tiene bajo requerimiento de frío y no tolera temperaturas menores a los 15º, lo cual permite su desarrollo en las latitudes bajas como Chile, Argentina, España, Perú, Marruecos, Sudáfrica, sur de China y Australia. “La producción de esta fruta es temprana en la campaña y algunos cultivos son O`Neal, Ventura, Biloxi, Star, Esmerald, Jewel y Ozblue, entre otras”, dijo Ochoa.
En segundo lugar, se ubican los de norte (northern), que representan un gran porcentaje de la superficie cultivada del mundo destinada tanto a consumo en fresco como a proceso. Ochoa comentó que provienen de V.corymbosum con algunas contribuciones de V australe, V, ashei y V. darrowii. “Estos arándanos requieren de 800 a 1.200 horas de frío, pueden resistir temperaturas invernales de -30º y se caracterizan por ser autofértiles. Algunos cultivares son Cargo, Draper. Duke, Liberty, entre otras.”
En tercer lugar, están las variedades medias (Half-highs), que son un híbrido formado entre arándano alto y bajo. Requieren de 800 a 1.000 horas de frío y puede resistir fríos extremos (-45º) debido a que en sus condiciones naturales de crecimiento durante el invierno son cubiertas por la nieve.
En cuanto al sistema radicular del arándano, el especialista señaló que es superficial, fibroso y de poca extensión. “La raíz está desprovista de pelo radical, de modo que son las raíces jóvenes las que efectúan principalmente la labor de absorción. Estas tienen un diámetro de hasta 75 micrones y contienen hasta 3 corridas de células epidermales, las cuales bajo condiciones naturales se encuentran invadidas por los hongos microrrícicos con los cuales esta especie está comúnmente asociada”, finalizó.
Cambio climático: Bioestimulantes para mejorar la adaptación de las plantas a situaciones de estrés
El curso también contó con una presentación de Katherine Cortés, Crop Manager Arándanos de ANASAC Chile. “El impacto de fenómenos climáticos como las sequías, inundaciones, vientos, granizos, calor o frío, rocío permanente y altas radiaciones afectaron los procesos bioquímicos y fisiológicos, induciendo cambios morfológicos en las plantas. Alteraron la oxidación, que a veces es irreversible, de los orgánulos celulares y con actividades metabólicas celulares perjudiciales, específicamente en la fotosíntesis. Este impacto es alto ya que afecta la calidad de las cosechas”, dijo.
De acuerdo con Cortés, los cultivos se enfrentan a diferentes tipos de estrés durante sus ciclos y por ende necesitan diversas soluciones. Por lo tanto, el objetivo de ANASAC es ofrecer una solución integral a través de bioinsumos que sean sostenibles para obtener un producto de calidad.
“Hace más de 15 años, ANASAC cuenta con bioestimulantes enfocados en algas como Asconphyllum nodosum y desde el año pasado integramos una nueva alga al portafolio, Ecklonia, para mejorar la cuaja, calibre y condición de la fruta. Por ejemplo, el extracto de Asconphyllum nodosum contiene bioactivos responsables de ajustar la expresión genética, respuestas metabólicas y fenotípicas. Como consecuencia de esto se traduce en un impacto en los cultivos desde su establecimiento, mejorando rendimiento, calidad comercial y rentabilidad”, concluyó Cortés.
Hoy 13 de marzo será la segunda clase del curso a las 19 horas, cuyo tema es cambio varietal a nivel
global. Más información disponible en
https://mundoagrocapacita.cl/cursos/curso-arandano/
