
Oportunidad x 2
Ante el escenario de cambio climático, INIA analizó el pistacho y la macadamia como alternativas resilientes y rentables para Ñuble.

Esta es la región con mayor ruralidad en Chile, lo que se traduce en una gran cantidad de agricultores de diversos rubros, necesitados de ayuda tecnológica y de recursos hídricos para riego, indispensables para la producción de cultivos tradicionales y frutales. La ausencia no solo disminuye los rendimientos, sino que altera su rentabilidad.
Bajo este escenario, y asociado a otros factores de carácter económico, se hace indispensable buscar alternativas productivas que no solo sean rentables y proyecten estabilidad en sus ventas y precios, sino que sean capaces de adaptarse a condiciones edafoclimáticas extremas, propias de las zonas de secano y/o rezago de la Región de Ñuble. Además, se hace necesario que posean características fisiológicas y morfológicas que les permita adaptarse a condiciones medioambientales extremas y cambiantes, producto del cambio climático. En este aspecto, son indispensables la tolerancia a heladas, al exceso de altas temperaturas y al déficit hídrico. Del mismo modo, resulta necesario que también sean menos demandantes de agua en todo su ciclo productivo, tanto para su mantención como producción, en especial al momento de compararlas con especies frutales tradicionales como el nogal, cerezo, frambuesa y arándano, entre otras.

Es por ello que resulta indispensable encontrar alternativas productivas que ofrezcan soluciones a aquellos agricultores interesados en diversificar las especies frutales, con buena rentabilidad, menor costo de establecimiento que el cerezo y arándano, y más fáciles en su manejo agronómico. Asimismo, debieran tener una buena adaptación o tolerancia a suelos pobres, con alto porcentaje de arcillas y baja materia orgánica, que son característicos en el secano interior de la región.
Dentro de las especies que cumplen con gran parte de estas características y que además poseen bajo requerimiento tecnológico, larga vida de postcosecha, alta demanda, rentabilidad atractiva y que presentan mayor posibilidad de desarrollo en la región, destacan dos especies aún no explotadas, como el pistacho y la macadamia.
Nuevas para la región
En la temporada 2022/2023, la producción mundial de frutos secos se acercó a los 5,7 millones de toneladas, y entre ellas, el pistacho y la macadamia, alcanzaron el cuarto y séptimo lugar, con producciones de 747.000 y 165.000 toneladas, respectivamente.
Existe una fuerte demanda mundial por estos frutos, que en el caso del pistacho, representaría un alza de 17% respecto a la temporada anterior. El principal productor de pistacho es Estados Unidos con un 54% del total del mercado, y una producción proyectada cercana a las 400.000 toneladas, seguido de Turquía con un 27% e Iráncon 14% y volúmenes de expor-tación de 200.000 y 110.000toneladas, respectivamente. En cuanto al precio de exportación ,en los últimos años ha experimentado un aumento relativamente constante, proyectándose para la temporada 2024 por sobre los 7 dólares por kilo, lo que lo posiciona como uno de los frutos secos más estables y rentables en la actualidad. En el caso de Chile, desde fines de la década de 1970, INIA dispone de material genético base (porta-injerto y polinizantes), que se fue adaptando a las condiciones edafoclimáticas del secano interior. Este material tolera suelos de textura arcillosa a franco arcillosa, temperaturas bajo 0°C, déficit hídrico y baja demanda de agua (menores a los 5 mil m3/ha/año).

Estas características serán replicadas en nuevas plantas generada sin vitro, que serán incorporadas a parcelas demostrativas en campos de agricultores, previamente seleccionados por criterios técnicos, con la finalidad de validar manejos agronómicos sustentables, y que se transformen en salas de clases en terreno.

A nivel nacional, existe una demanda insatisfecha de pistacho que es cubierta por importaciones provenientes, en especial, de Estados Unidos, que en los últimos tres años ha alcanzado las 500 toneladas, a un precio promedio de 18 dólares por kilogramo, según publicación de Odepa, 2023.
Hasta ahora, en el país no existen viveros certificados que satisfagan eventuales demandas de plantas de pistacho. La limitada producción nacional (150 hectáreas, según Odepa)se concentra en la zona central, con bajo desarrollo de manejo agronómico y sin validación de nuevas variedades que se adapten a distintas zonas edafoclimáticas de Chile.
Estas falencias serán abordadas por el proyecto “Fruticultura sostenible y resiliente al cambio climático para la Región de Ñuble”, que financia el Gobierno Regional de Ñuble y que ejecutará INIA Quilamapu por los próximos 36meses.
Adaptación de macadamia en Chile
La participación mundial en la producción de frutos secos de la macadamia supera levemente el 1%. Es una especie originaria de Australia, por la que incluso se ha llegado a formar la Sociedad Australiana de Macadamia, que señala: “la creciente demanda mundial de macadamia representa un importante potencial sin explotar para el crecimiento futuro”.
En la actualidad, el mercado de este fruto alcanza 1.450 millones de dólares en ventas. Según las estimaciones, la tasa de crecimiento anual será cercana al 11%, con un tamaño de mercado al 2028 de 2.430 millones de dólares. Este crecimiento tiene como sustento la alta demanda de alimentos saludables y con altos niveles proteicos de origen vegetal, además de las especiales características organolépticas, que resultan envidiables entre los frutos secos, destacando, la cremosidad del fruto.
Los principales países productores de macadamia son Sudáfrica (68.840 tn), Australia (48.847 tn), China (46.500 tn), Kenia (45.420 tn), Guatemala (15.950 tn), y Hawai-Estados Unidos- (13.850 tn). La producción global al año 2022 fue de 282.089 toneladas y con una proyección de crecimiento, según la Organización Mundial de Macadamia, de 503.425 toneladas para el periodo 2027/2028. De todos estos países, China se proyecta con el mayor crecimiento de volumen, que se estima en unas 100.000 toneladas.
En cuanto a los precios de venta al por menor, en Estados Unidos el fruto de macadamia se comercializa entre 10 y 20 dólares el kilo, mientras que los precios al por mayor se transan entre los 7 y 13 dólares, lo que lo posiciona entre los frutos secos con mayor precio de venta.
Unos de los aspectos que más centra el interés en la macadamia es su resistencia a la falta de agua. En este sentido, Australia, que se ubica dentro de los principales países productores, ha podido corroborar esta condición. A la presencia de recordadas inundaciones, le siguieron años de intensas y prolongadas sequías, como la iniciada en 2019, que trajo altas temperaturas e incendios asociados, con la consiguiente falta de agua y grandes pérdidas en los frutales. Sin embargo, los huertos de macadamia no resultaron con pérdidas significativas, debido a la tolerancia de esta especie a la falta de agua, lo que asociado a estrategias para incrementar la resiliencia, permitió mantener huertos vivos y con plena recuperación en los años siguientes.
Esta característica y ventaja de la macadamia es muy relevante para Chile, ya que las condiciones climáticas en nuestro país se han ido tornando más extremas, con menor disponibilidad de agua en periodos de máxima demanda (diciembre a febrero). Además la necesidad de contar con especies frutales tolerantes a estas condiciones medioambientales extremas, que conllevan altos niveles de estrés fisiológico, convierte a la macadamia como un frutal con ventajas comparativas relevantes.

Como una forma de prospectar su comportamiento, en 1984 INIA incorporó y sembró las primeras semillas de macadamia en el secano interior del sur de Chile (Cauquenes), donde evaluó cada una de las plantasen aspectos de producción y calidad de la fruta. Los resultados no fueron homogéneos debido a la diversidad de semillas de origen y, por tanto, alta variabilidad genética del fruto. Los clones introducidos en los años 90 eran poco tolerantes al frío, pues estaban adaptados aun óptimo original que fluctuaba entre los 8 y 26°C, y llegaban a soportar temperaturas de 35°C. Ello significó que los resultados no fueran los esperados.
A pesar de esto, INIA mantuvo las parcelas demostrativas, dando origen hoy a una gran oportunidad. Los mismos clones se fueron adaptando con el paso de los años, lograron sobrevivir en suelos arcillosos y en las condiciones extremas del secano interior, con altas temperaturas en verano, inviernos fríos y húmedos, sin riego y con muy bajos manejos agronómicos durante el desarrollo vegetativo. Todo ello se tradujo en una adaptación y selección natural de más de 30 años, lo que permite que INIA posea, hoy, plantas o clones de macadamia productivos y con buen desarrollo vegetativo, adaptados a la zona de secano interior.
Dentro de las necesidades de desarrollo de esta especie, se requiere de suelos relativamente profundos, de unos 80 cm de profundidad mínima. Experiencias internacionales demuestran que se puede adaptar desde suelos livianos a suelos con alto contenido de arcilla, pero siempre asociado a un buen manejo agronómico y buen drenaje. Todo lo anterior representa una gran ventaja productiva, ya que permite disponer de material genético adaptado y disponible para los agricultores.
En otro aspecto, la macadamia posee niveles productivos variables según el nivel tecnológico. Así, en huertos con baja tecnología ronda los 3.000 kg/ha, mientras que productores con mayor nivel tecnológico pueden superar los 6.000 kg/ha. Dicha producción puede ser cosechada en forma mecanizada o manual, con la gran ventaja de que al ser un fruto seco y mientras no se generen lluvias, pueda esperar en el suelo un periodo de tiempo hasta su recolección. Este hecho representa una gran ventaja, sobre todo para pequeños productores en zonas de menor disponibilidad de mano de obra, ya que permite que la fruta no baje de calidad por el atraso en la recolección.
La propuesta de INIA, apunta abordar el desarrollo del manejo agronómico de la macadamia y pistacho, además de calafate, castaño y papayo (que ya cuentan con presencia en la Región de Ñuble, pero con bajo desarrollo tecnológico), con la mirada puesta en la transferencia tecnológica a los/as agricultores/as y profesionales del sector, para incorporar capital humano capacitado que le dé continuidad a estas especies.
El proyecto de INIA “Fruticultura sostenible y resiliente al cambio climático para la Región de Ñuble” apunta a clonar las plantas adaptadas, que serán puestas a disposición de los agricultores que deseen innovar. También se trabajará en protocolos de manejo sustentable de los huertos, con nuevas propuestas tecnológicas, para aumentar las densidades de plantación y estimular la precocidad productiva de pistacho y macadamia, y así favorecer la rentabilidad de ambas especies.
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